Habréis estado en alguna boda, supongo. Familiares, comida, la perorata (¿machista?) del cura, más comida… esas cosas. Te gusten o no, es un momento de alegría,
dos personas se han unido y han querido que estés presente. Y todo el día es alegre y bonito.
Excepto para esta pareja turca, que en la carta de invitación, deberían haber puesto “Rogamos que los invitados
no se traigan la AK-47” (ya la ponía el novio, en su lugar les hubiera hecho falta chalecos antibalas). Detalles tras el triste salto.
Parece ser que a la gente, por esas tierras, no le va lo de tirar arroz a los novios:
disparan al aire para celebrar las cosas. Al menos así lo hizo el novio de la boda que se celebró en Akcagoze, pueblo del sureste de Turquía. Solo que él perdió el control de su Kalashnikov, matando accidentalmente
a su propio padre y a dos tías, además de herir a varios invitados, incluyendo tres niños.
Tal como un un miembro de la familia lo relata a CNN Turquía, “todo ocurrió muy rápido. Todos nosotros intentábamos taparlo y había sangre por todas partes. Ahora mismo todos estamos muy tristes.”
Estremecedor. ¡En tu boda! Y es que las armas se pensaron para situaciones generadas por el odio y el miedo, no por lo opuesto. Me quedo con la perorata de los curas de aquí y con el arroz. — Javier G. Pereda [
CNN]