Inevitablemente,
depositamos cenizas del alma
por aquellos lugares que amamos.
Así, ya mi corazón pertenece,
en parte,
a este húmedo país,
igual que dejamos pedazos
en las personas que hemos conocido...
Inevitablemente,
se muestra el mapa
surcado de trozos de mi alma
que ahora poseen las personas
que un día amé en el corazón de Europa.
Inevitablemente,
se suceden los invisibles hilos
que atraviesan las fronteras
del viejo continente.
Y el conflicto de Israel tiene ahora
rostros y nombres para mí.
Inevitablemente,
se diluirán estos vacíos de mí
y al asomarme al abismo de la memoria,
estos días serán
recuerdos felices y difusos,
como una película en Super 8.
Los idiomas oficiales en mi casa fueron
el inglés, francés y español.
Conviví con personas
de nueve nacionalidades diferentes.
Aprendí el secreto
lenguaje de los signos, del malentendido.
Comprendí otras culturas, otros sabores,
otras religiones, otras tradiciones.
Lloré ausencias.
Reí recuerdos.
Albergué noches aullando a la luna,
nombres que ahora son familiares
como el hogar de la infancia.
Semáforos. Aceras. Parques. Bares. Tiendas.
Todo aquello sucedió, inevitablemente,
en el año más corto de mi vida...
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Perdón por la poca organización en el poema, pero lo he escrito según me ha venido y creo que ese caos es justo lo que quería transmitir... Gracias por leerme