Poema gestado con Kefalegereta.
No decía.
Detenido.
Girando en torno a una idea,
a un vapor de recuerdo.
La pregunta compartía su misma mesa,
separaba sus cuerpos,
trenzaba sus miradas,
daba vida a la incógnita fraguada.
Esos ojos ávidos y expectantes.
Abiertos, negros, redondos...
eran dos puntos finales.
La pregunta desnuda en la madera
esperando ser en la boca de alguien,
ansiosa por aporrear martillos...
yunques... y estribos.
Se revolvió algo en el pecho...
abrió la boca lentamente...
De todas las posibilidades,
solo pudo decir
el sonido de un beso
en los labios de su alguien.