Cae la nieve, lentamente, sobre mi rostro
acariciando mis mejillas
como un río de plata
que baña mis poros.
Cae la nieve sobre los hombros
de aquellos que buscan los aleros
cabizbajos,
como quien no encuentra
lugar donde mirar al cielo
absorto.
Cae, sin piedad también
sobre los cartones:
los otros
que buscan refugio
en algún rincón remoto.
Baña la nieve en silencio
todo aquello que prefiere
vivir a la intemperie
a morir en un rescoldo.
Lentamente...
...la nieve lo cubre todo...