El tribunal de aves negras
del más siniestro juicio
dictará su sentencia
contra los nobles principios.
En esa fina linea
donde se ahoga el pobre
y el poderoso, que asfixia,
queda siempre impune.
En esa fina linea graznarán los cuervos
que habitan los paraísos perdidos,
lo que fueron pueblos
en un país que se creyó rico.
Y gritaremos:
¡Larga vida a la injusticia,
a la corrupción!
¡La codicia!
A los cínicos abogados,
con corbatas como sogas,
y zapatos encerados.
¡Larga vida al ultraje,
a los banqueros,
a los paraísos fiscales,
a los afilados dientes
que devoran libertades!
Larga vida al olvido
de los insepultos cuerpos,
abandonados bajo la cal, el tiempo,
a fuerza de puños
y años de silencio.
De otro lado, vosotros,
clamores, conciencias, misterios,
blasfemias hacia lo establecido:
algún día destruiréis nuestro reino.