Lo único eterno que hay en el mundo
no son los edificios,
ni las cosas que amamos,
ni siquiera nuestros huesos.
Son los océanos.
Así pues, todo perece:
perecen los árboles,
los vertederos,
la riqueza,
los besos.
Perece nuestra memoria,
nuestros recuerdos.
Perece todo lo que vivimos
y lo que no hemos conocido.
Pero si en esta vida estuviéramos de paso
no sabríamos más que lo estrictamente
necesario.
Respira como si no hubiera cielo,
como si esta noche murieran tus pasos.
Vive hasta que cierres la última puerta,
hasta que dejes tu última huella,
hasta dormir tus miedos.
Vive
hasta gritar al viento
que no puedes vivir más,
que no puedes
porque no queda vida ni tiempo
más que en los océanos.
Vive
Sueña
Ríe
porque nadie que se ha ido
ha vuelto para contarlo.
Porque jamás
hemos estado de paso.
Feliz año