Pasan de largo los trenes de la vida,
dejando una estela de humo
y grandes heridas en sus vías.
Pasan de largo los trenes
y nos quedamos mirándolos, diciendo:
- Ya habrá tiempo otro día
para cogerlos.
Pasa de largo la vida
y su pérdida de oportunidades.
Las vemos irse a lo lejos
malgastando nuestras monedas
en no cambiar nuestra rutina.
Perdemos trenes al día,
llenos de esperanza,
de sueños,
de osadía,
de venganza.
Perdemos mil trenes y nos quedamos
en el andén, tan sólo esperando
a morir buscando una razón,
el momento adecuado,
para dar ese paso.