Buenas,
En mi caso tengo que poner varios: uno por obligación, otros por "refuerzo" y otro que es el que quiero recordar como el primero.
Por obligación: tenía yo 5 añitos (ahora 35 ya para 36) o menos y era un viciado de la tele, me encantaba verla, me atontaba ver como salían tantas cosas de ahí. No contento con eso (y a esa edad) siempre preguntaba que si existía algo para controlar lo que aparecía en la tele. Mi hermano, con 10 años más que yo, me dijo que sí. Creo incluso que recuerdo su frase. Me llevó a su habitación, completamente a oscuras, y se puso a jugar con esto:
¿A qué juego? Pues como no, al Pong.
¿De veras que si le doy a esta palanquita, esa barrita se mueve? ¡WOW! El segundo ejemplo de "refuerzo" son una serie de juegos que también me marcaron. Un poco tiempo después de mi primera experiencia, mi hermana se compró un Commodore 64 (todavía no sabe ni por qué) con varios juegos. Casi 100.000 pelas que le costó la broma. O más.
Los juegos que más recuerdo son: Donkey Kong, Arkanoid (siempre he dicho que Arkanoid fue mi primer juego), Xevious y Cortocircuito. Todos juegazos menos Cortocircuito, ese se coló.
Y por último, el que quiero recordar como el primero, ya que es, creo, el que me reforzó el vicio a esto de los juegos. A veces mi hermana me llevaba a los recreativos de la ciudad y yo solo tenía ojitos para una máquina. Me buscaba un taburete, me daba 3 o 4 monedas y se iba no sé yo donde. A mí eso me daba igual, yo podía matar a destajo hasta que me mataban a mí. No puedo hablar de otro juego que de... ¡Operation Wolf!
For Pavor, qué juegazo. Si me llevaba el finde a jugar a esa máquina, me pasaba toda la semana rememorando la partida con mis armas de juguete (creo que tenía 7 añitos). Cuando se acercaba el finde no era señal de otra cosa que de ir a matar soldados. Grande, grande Operation Wolf.