***No contestéis a la segunda pregunta del título si no va acompañada por la explicación de la primera***
No abro hilos a menos que sean asuntos de vida o muerte, pero es que si alguien no me lo soluciona NO voy a dormir en lo que me queda de existencia. Bueno, esta noche sí, pero igual no puedo repetirlo. Os explico:
Hoy, al lado de una estación de Tokio, me he encontrado el típico círculo de gente mirando algo y me he acercado. Las baldosas de esa acera dibujan forma de círculo, y en medio de uno de ellos había un chico con unos monigotes. Ya sabéis de qué monigotes hablo, ésos de cartón que bailan cuando les pones música y que no tienen ningún misterio (actúan por las vibraciones).
El caso es que los monigotes eran unos payasos de cartoncillo fino -como una carta- con un trozo de cinta aislante detrás, sin pilas de ningún tipo. Del cuerpo del payaso salen dos trocitos cortados de gomas elásticas finas de las de toda la vida, y acaban en dos zapatos que yo pensaba que eran imanes. Hasta ahí todo bien.
Pero el caso es que el bicho no sólo bailaba a lo tonto. Ni siquiera había una radio. El tío nos estaba hablando a nosotros, de espaldas al bicho y a cierta distancia (no encima como si fuese una marioneta), y éste seguía bailando. Cuando decía "haz una reverencia", el payaso DOBLABA LAS PIERNAS y la hacía. Cuando le decía que se fuera a dormir lo hacía, y si cuando se levantaba le decía que hiciera un salto mortal, el bicharraco, por alguna extraña brujería que me está volviendo loco, lo hacía. ¿Que bailara a lo ruso o caminara despacio? Pues así lo hacía. Los pies no se movían al azar, sino como el tío quería. Y así una larga lista de chorradas, incluyendo bailar encima de la mano del chaval. Cuando me ha visto con pinta de extranjero alucinado me ha dicho "mira, también sabe inglés", y le ha dicho un par de cosas en inglés. Y ¡oh, adivinad!, el cartoncillo lo ha hecho.
He mirado las manos del tío. Me mirado los pies. Ni extraños movimientos, ni golpes... nada. He mirado posibles mochilas, la pared a 20 metros y hasta el estado de la mar (marejadilla, vientos de componente sur-suroeste), y ni he visto un maldito hilo de pescar ni he pillado el truco, y ya os digo que no son simples imanes en los pies porque hacía EXACTAMENTE lo que el chaval decía.
Repito: lo que él le ordenaba. No un conjunto de movimientos espasmódicos sin sentido de un cartoncillo que si se cae no se levanta. NO.
No lo entiendo, y no sé qué narices hacía yo con sólo 800 yenes en el bolsillo cuando cada payaso costaba 1000 porque si no os contaba ahora mismo el secreto. Así que ya tardáis en dejarme en el más absoluto de los ridículos desvelándolo ante el resto de mortales, porque juro que me he quedado alucinado y cabreado a partes iguales. Ayudadme, por lo que más queráis. Una PSP con Ridge Racers os espera.