Expulse mi último aliento,
de mi boca salió exento.
Volvió a rodar la rueca.
Cayó mi rostro en el suelo.
Mi mente esta muerta,
no le llega el riego.
Cerrados mis ojos
tendido e inerte,
descanso en el tedio.
Soy un ser inerte
con ojos cerrados.
Me hallo bajo tierra,
gélido y tumbado.
Mi piel putrefacta
se va despegando
(-a mi costa- unos gusanos,
buen banquete se están dando).
Restos óseos sólo quedan
del que un día fue humano.
Tristes y cansados
reposan mis huesos.
Dentro de algún nicho,
de algún cementerio…