<< 2 5-6 >> El Juicio del DruidaEpisodio 3: "El guardabosques"La tarde caía y, a pesar de que el frío viento y la lluvia castigaban la cara de Aldar con fuerza, sus incansables intentos con los árboles no eran capaces de mover ni una sola de las ramas. Según le habían contado al elfo, antes de hacer del bosque su nuevo hogar, este curioso fenómeno siempre se había dado en Darkwood.
Las fuerzas de la naturaleza no parecían tener ningún efecto dentro de los muros invisibles levantados por la frontera del bosque y, ya en su interior, solo aquellos invitados ajenos a la magia que había transformado el lugar, podían percibir los cambios climatológicos.
Antorcha en mano y caminando con paso firme, Aldar se dirigió hacia la única parte de Darkwood que no estaba emponzoñada por el agua que fluía bajo el subsuelo.
Una olvidada ermita de Kynareth servía como última advertencia antes de llegar a la Garganta del Río Púrpura, un nombre dado por los aventureros al camino que la propia tierra había creado para que el veneno de su interior regara la superficie.
Como si de una herida abierta se tratará, las hinchadas orillas de su cauce rezumaban todo el líquido que no podían absorber, y a pesar de la repugnante visión que se formó en su mente, Aldar lo cruzó de un extremo a otro sin vacilar, evitando cualquier contacto con el agua purúrea.
Ya había visto en una ocasión los efectos del infame fluido en los seres vivos, y no quería tener que experimentarlos él mismo por un absurdo descuido.
Ya en la otra orilla y retomando su paso marcial, no le llevó más de un minuto llegar a las verdes lindes que delimitaban el único oasis de naturaleza dentro del bosque oscuro.
La lluvia y el viento cesaron su azote en cuanto entró en él.
Un majestuoso árbol dominaba desde su centro toda la extensión verde del claro y, mientras Aldar lo contemplaba con admiración, el otro superviviente del bosque maldito se apareció en frente suyo dándole la bienvenida.
El animal era un mito viviente que muy pocos habían tenido la posibilidad de contemplar. Un unicornio que había establecido una relación simbiótica con un árbol mágico que constituía la única fuente de vida que quedaba en el interior de Darkwood.
Era una escena digna de verse, pero para Aldar, era algo más que un honor para su vista. Era una demostración del poder de la vida en un ambiente hostil y dañino.
Y era su deber sagrado protegerlo.
De repente, un gélido chillido cortó sus pensamientos como si fuera una cuchilla y, tanto el guardabosques como el unicornio, lejos de asustarse, dirigieron su mirada hacia la negrura del bosque.
Todos los días después del crepúsculo y desde hacía más de dos años, Aldar venía a este lugar, junto al unicornio y al árbol, buscando las fuerzas necesarias para hacer su trabajo.
Y todos los días, sin excepción, las había encontrado.
Apagando la antorcha y tomando el arco colgado a su espalda, se encaminó a la espesura saliendo del claro. En los inteligentes ojos del unicornio se reflejó la preocupación por la determinación de su protector.
Aunque cualquier hombre juicioso que hubiera visto su cara lo hubiera tachado de loco, su encuentro con la inspiración diaria hacía que, en la faz de Aldar, únicamente pudiera reinar una serena sonrisa.
Sólo cuando el chillido sobrenatural se transformó en un lamento agudo, la tensión del animal se desvaneció y volvió a recuperar la calma, sabiendo que el elfo había cumplido con su cometido una noche más.
FIN EPISODIO 3Episodio 4: “Emisario mortal”-Pochcscs-¡Ah! ¡No! ¡Otra vez no!-exclamó una exasperada Rose.
Por tercera vez durante la mañana la suela de sus botas había pisado una olorosa pasta marrón.
Su maestro, que andaba justo detrás de ella, soltó una carcajada y preguntó socarronamente a su alumna:
-¿De qué es esta vez, Rose, de troll o de goblin?Rose masculló algunas palabras poco amables, dejó de mirarse la bota con asco, se levantó y siguió andando con una enfurruñada expresión en su rostro.
Valendir volvió a reír entre dientes y continuó su marcha a paso ligero.
A pesar de su arranque de buen humor y aunque había pasado casi un día desde que Rose y él partieron de la capilla, el druida había aumentando paulatinamente su grado de preocupación sobre la naturaleza de su misión.
La labia con la que había evitado una situación peligrosa para la arquera le había servido muy bien en otras ocasiones, pero no era común que la Reina Dryada hubiera cambiado de parecer tan rápidamente sobre la dificultad de la tarea que les había encomendado.
De hecho, Valendir sospechaba que Cyante les había enviado a resolver alguna disputa familiar delicada entre madre e hija, cosa que aunque en un principio no debería suponer ningún problema para sus habilidades, se antojaba bastante incierta en este caso.
La madre en cuestión era, ni más ni menos, que la Reina de Riverhold y su hija, una reconocida colega druida.
Entrar en situación semejante era algo que no le agradaba en absoluto y, sumido en este pensamiento, Valendir pasó la tarde y la mayor parte de la noche reflexionando.
Cuando finalmente pudo conciliar el sueño, el alba le despertó para anunciarle la llegada de un nuevo día.
Valendir se incorporó del suelo con dificultad y, a pesar de maldecirse a si mismo por la rapidez con la que se había despertado, el repentino desvelo provocado por la luz del sol fue un golpe de suerte para el druida.
Una flecha de intenciones mortales atravesó el jergón donde había reposado su cabeza unos instantes antes.
Sus sentidos se encendieron como una llama avivada por leña seca y, con gran velocidad, se tiró al suelo alcanzando su bastón.
Sin esperar al próximo movimiento de su invisible adversario, Valendir alzó la mano desde el suelo con un gesto concentrado.
La tierra comenzó a temblar y, como si fuera impulsada por un resorte subterráneo, una pared de roca se levantó para protegerle.
Sin embargo siguiente ataque no llegó.
-"Es listo".-pensó Valendir de su atacante
-"Esta esperando a que termine el poder de mi llamada."Cuando la roca volvió a ser absorbida por la Madre Tierra, la segunda y tercera andanada no se hicieron esperar.
Pero esta vez el druida estaba preparado.
Las flechas dirigidas a su cabeza y a su corazón se estrellaron contra su cuerpo transformado en dura piedra.
Su contrincante se movía rápida y sigilosamente entre los árboles, cambiando de posición constantemente, tratando de encontrar un ángulo que le diera la ventaja suficiente para lograr el tiro fatal.
El iris ambar de Valendir comenzó a brillar con una intensidad especial y su visión centró en los suaves movimientos de las ramas. Un nuevo silbido le hizo dirigir su mirada hacia la copa de un árbol y fue entonces cuando distinguió con claridad y sorpresa a su atacante.
Saliendo de su estado pétreo y con un elegante movimiento, el druida esquivó el nuevo par de flechas mientras murmuraba unas palabras.
A su orden, el cielo se ennegreció y comenzó a llover.
Una ráfaga de viento tormentoso sacudió la copa del árbol que hacía las veces de refugio para el arquero, haciéndole perder tanto el equilibrio como su arco.
Mientras la tormenta invocada se disipaba, el druida corrió para situarse debajo del árbol, atrapando a su atacante antes de que impactara contra la tierra.
Entre los brazos de su maestro, sin ninguna expresión en su rostro y con ojos vacíos y mirada perdida , una semi-insconsciente Rose repetía con voz antinatural tres palabras a modo de mantra asesino:
-“Mata al Druida”.FIN EPISODIO 4<<Capítulo AnteriorCapítulos Siguientes 5-6>> Comienzo Capítulos 3-4PD1: Bueno espero que os vaya gustando la historia. Para los que queráis seguirla desde el principio seguid los enlaces de capitulos hasta el prologo o id a la primera pagina de este foro para elegir el comienzo de la historia.
PD2:banshak escribió:Hoy 01:40
Hola banshak. Sobre tu problema concreto no sé como resolverlo pero si haces la screens con el botón "print screen" mi consejo es que las hagas con Fraps.
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