Día 2: ciudad sin ley
La mañana en el pueblo había sido ajetreada, pues tras sonar las campanas del pueblo como hacía mucho tiempo que no lo hacían, se empezó a expandir por el pueblo la nueva de que el Confesor había dado con uno de los hombres lobo que acechaban la ciudad. Todo el mundo estaba expectante por la hoguera de la noche, y la felicidad se palpaba en el rostro de los aldeanos.
Sin embargo, algo truncó esa tarde, que pasaría a la memoria del pueblo como la noche en la que la ciudad se quedó sin ley. Un gritó aterrador provino de la barbería, y todo el mundo dirigió su atención hacia ella. La multitud que llegó primero descubrió la terrorífica visión de Axenstar el Barbero con la cabeza de Grifox, el Alcalde, colgada del brazo. Su mirada, perdida en el infinito, poseía un rojo sangre aterrador, y la ligera sonrisa que mostraba le daba un toque demente. Además, el cadáver de una vagabunda, Whar, llacía en el suelo, con cortes en sus brazos y un enorme charco de sangre debajo.
El pueblo encolerizado se avalanzó sobre el Barbero, y con lágrimas en los ojos y escupitajos de odio comenzaron a lincharle. Sin embargo, pronto se alzaron gritos que pedían la hoguera para él, por lo que fue llevado a rastras hacia la hoguera, aún humeante, en la que murió ayer Ser Ultrax.
En cuanto el fuego tocó a Axenstar, éste se tranformó violentamente, y aullidos de terror cruzaron el pueblo mientras el Hombre Lobo era consumido por el fuego.
Por desgracia, esto no consoló a un vapuleado pueblo que acababa de perder a su Alcalde, la persona que más se preocupó por los ciudadanos en toda su historia.
Resumen:
Axenstar (Hombre Lobo) es el Barbero y decide matar a Grifox (Aldeano) usando su poder. El pueblo le descubre, y le mata.
Whar (Cupido), estaba enamorada de Grifox, y se suicida al ver que su enamorado ha muerto.