Coincidiendo con el
lanzamiento de Xbox One S Digital Foundry ha publicado un artículo donde se demuestra que el nuevo modelo de la consola cuenta con una GPU más rápida que el original, dando como resultado un mejor rendimiento en ciertos juegos. En títulos como
Project Cars o
Hitman los
benchmark descubren un pequeño aumento en los fotogramas por segundo, mientras que en otros como
Rise of The Tomb Raider o
Batman Arkham Knight hay menos
tearing.
Este mejor desempeño de algunos juegos se debe a una GPU cuyas frecuencias han subido de 853MHz a 914MHz (un aumento de la velocidad del 7,1%). Este incremento combinado con un mayor ancho de banda para la ESRAM, que pasa de 204GB/s a 219GB/s, da como resultado una subida del rendimiento que pasa de 1,31 teraflops a 1,4 teraflops. PlayStation 4 sigue por delante con 1,84 teraflops.
Según Microsoft, esta potencia extra tiene como objetivo que los desarrolladores puedan dar a sus juegos soporte para el HDR sin que esto afecte al rendimiento de sus obras. El pasado mes de junio Albert Penello, el jefe de planificación de Xbox, afirmaba que la diferencia de rendimiento entre Xbox One y Xbox One S “
ni siquiera se notará”.
Lo cierto es que una cosa son los números que se sacan al medir el rendimiento de un juego ejecutándose en un dispositivo y otra el mundo real. Será extremadamente complicado que los ojos de los jugadores de Xbox One S detecten esta mejora, y aún será más difícil que puedan percibir cuándo se produce el ligero aumento de fotogramas que detectan las pruebas en algunos juegos. De hecho hay títulos como
Fallout 4 o
Resident Evil 5 que se comportan igual en ambos sistemas.
Donde sí se espera un aumento del rendimiento es con
Project Scorpio. Esta Xbox de gama alta equipará una tarjeta gráfica y procesador que le permitirán ofrecer hasta 6 teraflops y más de 320GB/s de ancho de banda para la memoria. Pero el lanzamiento de Scorpio no se espera hasta el próximo año.
Fuente: Digital Foundry