De esta forma, los ingresos fueron de 45.200 millones de dólares, un 5% más que el año anterior, mientras que los beneficios fueron de 7.220 millones de dólares, un 18% más que el año anterior. En cuanto a las razones, la división móvil de Samsung representó más de la mitad de esos ingresos y beneficios, sobre todo y de forma bastante destacada por la buena acogida y las ventas de sus nuevos buques insignia, el Galaxy S7 y el S7 Edge, continuando además las buenas cifras de ambos mostradas en el trimestre anterior.
Incluso entre ambos teléfonos se ha producido una sorpresa, ya que a diferencia de lo ocurrido en el pasado en esta ocasión el Galaxy S7 Edge ha funcionado tremendamente bien. Las cuentas que toman exclusivamente el sector móvil muestran unos beneficios de 3.800 millones de dólares, lo que supone una subida del 57% respecto al segundo trimestre del año anterior. Dicho de otra forma, son los mejores números desde hace dos años.
En definitiva, grandes cifras para la compañía surcoreana, que ha explicado que esperan mantener esta solidez en las ventas durante el tercer trimestre con el lanzamiento del que será su nuevo buque insignia en cuanto a smartphones con pantalla grande: el flamante Galaxy Note 7 que se dará a conocer el próximo martes.