[0 (0 votos)] Juego Simón dice nº 61: Poesía (o algo)

[NOTA AL MODERADOR: Me equivoqué y mande el titulo mal. El asunto del post tiene que ser: "Juego Simón dice nº 50: La pastorcita y el rabo del lobo"]

50 - srkarakol dice muad_did a : escribe un texto erótico pastoril donde una pastorcilla campestre y alegre se enamore de un lobo que está gincándose a una obeja (gincarse es fornicar) al ver semejante miembro... extensión y todo lo demás libre.... (Tiempo límite, hasta el: 22-09-2006 11:45)

[Como ponía método libre y solo se exigía que el texto tratase ese tema, me decidí por enfocarlo como el diario de la pastora]


Querido diario.

La emoción me embarga, apenas puedo mantener el lápiz en mi mano mientras escribo estas líneas. Pero necesito contarlo, ¡gritarlo al aire!... que ser, que macho he visto… aun tengo la imagen de su porte erguido, desafiante ¡menudo Dios de ébano!...

Pero me adelanto querido diario, he de contarte como lo conocí, como conocí al ser cuyo solo recuerdo hace palpitar mi corazón y temblar partes de mi ser que jamás encontré útiles.

Comenzaba a caer la tarde y llevaba las ovejas de vuelta al rebaño, pero cuando pasábamos la alboreda, me di cuenta que faltaba blanquita, la mas hermosa del rebaño… ella siempre me acompañaba de cerca balando con su prístina lana y su mirada pura, digna de un ser celestial.

Deje a mi fiel perro a cargo de las ovejas y corrí en busca de blanquita, ¿Dónde podía estar?, ¿Se habría caído y roto una patita?, corrí por las laderas cercanas, no podía haberse ido lejos… entonces lo oí, ese infinito aullido que atravesó las montañas, acompañado del balido de blanquita, cerca, muy cerca de mi, entre los árboles. No me lo pensé… armada con mi cayado corrí al encuentro, deseando no llegar demasiado tarde.

Cuando los vi entre las hierbas me estremecí… ¡ese lobo estaba matando a blanquita!, ¡Podía ver el rostro desencajado de mi ovejita con la quijada abierta y la lengua colgando ! quise abalanzarme sobre el animal para salvarle!… pero me detuve… ¡Ese enorme lobo no estaba matando a blanquita!... no había sangre en su lana… solo se abalanzaba sobre ella… clavándole… clavándole ese ¡enorme cetro de carne palpitante!

Me caí al suelo, sorprendida… admirando esa magnifica criatura que con semejante brío tomaba carnalmente a mi querida oveja. Mis ojos no se podían apartar de el, de su forma perfecta, del trazo de las venas bajo la negra piel… era una visión celestial que quedo grabada en el fondo de mi retina, impresa a fuego en mi corazón…

Como una ventosa, de forma casi imposible el enorme miembro se deslizó hacía el exterior y por fin, ¡Si por fin! Pude verlo en su absoluta extensión y húmeda belleza… desee lanzarme hacia el pero se marchó… se marchó hacia la espesura dejando a Blanquita jadeante y suplicante desfallecida en el suelo.

O querido diario, desde ese día no he podido dejar de pensar en el… en su largura exquisita… en la graciosa curva que forma… he decidido que será mio, solo mio.

Pero mis intentos han sido decepcionantes, he visto al gallardo lobo merodear el rebaño, buscar a blanquita entre las ovejas, sin saber que había atado a esa maldita oveja al establo para que no me quitase mi trofeo, el lobo huye de mi. No le gusta mi olor… no le culpo…

Pero no me daré por vencida, tengo aquí, junto a este diario en el que escribo las tijeras de trasquilar de padre, esta noche me haré un gran abrigo con la lana de blanquita y así mañana el lobo no hallará en mi olor humano y me tomara…. O si… me tomará con su falo que me atormenta en sueños… se que no podré dormir esta noche pensando en el… ¿pero que importa?... rezo a dios para que mañana, ¡al fin! Sea tomada por ese dios negro y palpitante…