El martillo de Thor era una pasada, muchas veces ni clavando el salto a la perfección conseguías superarlo.
Otro difícil es al principio del nivel de Londres (TRIII), que tienes que saltar a ciegas más allá de un tejado. Es difícil porque no sabes hacia donde saltas, si te equivocas caes en los cristales, pero sobre todo porque no parece obvio que tengas que ir ahí, cada vez que lo rejuego me olvido de ese salto.