Es una sencilla intervención quirúrgica en la cual se corta el prepucio, que es la piel que recubre el glande. Como resultado, el glande (punta o cabeza del pene) se deja al descubierto en forma permanente. La mayoría de las veces, se hace con anestesia local (por inyección). A veces, por diversas razones, se prefiere usar anestesia general. Si se hace con anestesia local, el procedimiento es de carácter ambulatorio, se realiza en un consultorio médico, y no requiere hospitalización.
En algunos casos, la circuncisión sólo considera el corte del prepucio. Sin embargo, en algunos casos es también necesario cortar el frenillo – frenulectomía - (total o parcialmente), que es la banda de tejido que sujeta al prepucio, por debajo del glande. Este corte evita el problema de la curvatura del pene hacia abajo, producida por la presión del frenillo que produce un doblamiento en el pene en erección. Además, se evita la posibilidad de que por causa de una maniobra impulsiva se rompa el frenillo, con la correspondiente hemorragia que esto puede causar.
Respecto a los cuidados post-operatorios, la recuperación no presenta mayores problemas y el periodo de convalecencia puede durar entre 8 a 10 días. Lo único que hay que tener cuidado es con las erecciones, que pueden generar aperturas en las suturas y las consecuentes hemorragias. También hay que evitar los esfuerzos físicos durante 4 semanas después de la cirugía. Se pueden retomar las relaciones sexuales en cuanto el medico indique que la curación es completa, que en general no va mas allá de las 4 semanas. En todos los casos, el restablecimiento es total y sin complicaciones.
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