Es
un
cúmulo
de
sensaciones:
levedad,
ternura,
estilo,
tonos
pastel,
anhelo,
helado,
crisol,
autorretrato
diario
en
el
umbral
de
la
perversión,
día
eterno,
la
necesidad
de
contemplar
tus
rasgos,
colores
cálidos,
naranja,
arcoiris
del
alma.
Lluvia
fina,
entrecortada,
directa,
prohibitiva,
reconfortante,
clarificadora.
Disolvente
universal
de
melancólicas
miradas,
concisas,
transparentes,
pacientes,
respetuosas,
puras.
Enrédame,
piérdeme,
y
encuéntrame
desnudo
y
en
silencio
...
lámeme,
fóllame,
dime
que
sí.
Solicito
permiso
para
gemir
en
tus
brazos,
descansar,
recordar,
olvidarme
de
aprender,
aprehendiendo
el
dulce
aroma
del
porvenir.
(a la chica de las cien puertas)