9.3

Sangre y pólvora.
Mi figura encorvada se perfila contra la pared. Mi respiración entrecortada ponía la banda sonora de mi situación, precaria, pero con oportunidad. Mi 9mm chasquea, caliente y palpitante, mientras sustituyo el antiguo cargador, ahora vacío. Nueve nuevas oportunidades para ser libre, para salir de aquí. Ojeo fugazmente por la ventana, mientras la sangre fluye de mi pierna con un ritmo lento pero incesante. El percutor da la señal de que es hora de luchar, de vivir, de caer o volar. Apretando los dientes, miro al cielo estrellado mientras me encamino por el largo pasillo de madera, dispuesto a bajar, atento a cualquier movimiento o susurro que el viento me traiga hasta mis oídos.

Doy en el suelo en un movimiento rápido ante el crujido de la madera que está bajo mis pies. Atento, con ella a mi lado, hago un gesto cómplice para decirle que observe, que saldremos de aquí, ella me sonríe, me reconforta. Un gran espasmo recorre su cuerpo mientras cae a plomo al suelo. Sus ojos me miran, sin vida, sin calor, mientras el carmín lo invade todo bajo ella, yo observo la figura que aun mantiene el brazo en alto, humeante y con sus ojos azules clavados en mí. Me sonríe, y le devuelvo la mirada.
− “El auténtico problema del asesino es que no sabe estar a la altura del cuchillo” viejo-dice mientras sus ojos se entornan.
− Apenas soy un par de años mayor que tú, bastardo-respondo devolviendo la sonrisa, fría y cortante.
El sonríe más aún, dejando ver sus dientes, sus colmillos, mientras sus ojos me reflejan debido a sus gafas de sol. Da unos pasos hacía mi, mientras sigo tendido en el suelo.
− ¿Ni siquiera sabes morir?-me pregunta él, mientras me apunta con su revolver. Tengo que ganar algo de tiempo para alcanzar mi arma, a mi espalda. Una sola oportunidad de vivir o múltiples de morir ¿algo que perder?
− No todavía- respondo- ¿y tú?
Sus carcajadas llenan la estancia en la que nos encontramos.
−Eres un auténtico imbécil-dice sonriendo- Ya sabes que no puedes con nosotros, ¿nunca has pensado lo paradójico que resulta matar algo ya Muerto?
− Oh, Vladimir, llevo bastante tiempo detrás de ti para que intentes sorprenderme con tu filosofía barata-digo yo, riéndome.
Su bota golpea con violencia contra mi cara, mientras caigo, noto el sabor de la sangre en mi boca. Es el momento, mi momento. Con un rápido movimiento, una bala atraviesa su cabeza, mientras se desploma y observo la pared de enfrente, ahora roja y supurante. Suspiro, con la cabeza contra la pared. Observo ambos cuerpos, desplomados sobre la madera, mientras saco un cigarrillo de mi chaqueta y lo enciendo.
−Yo soy el cuchillo, imbécil- respondo al cuerpo inerte, mientras expulso una bocanada de humo.



Lo he escrito más que nada para sacarmelo de la cabeza, porque me lleva dando vueltas muuchos días ya. Es muy muy corrientito, ya lo se, pero bueno...me apetecía escribir algo aquí, ya que casi todo lo que tengo está en papel. Si quereis dejar alguna opinión, sois libres de expresaros [risita]
Me ha gustado mucho, sobretodo la comparación entre las balas y la oportunidad para ser libre. Estaría mucho mejor como parte de un relato más largo ;), así que ánimo que tiene muy buena pinta.
Una pregunta sobre tu firma, ¿es tuya o de algún cuento o similar?
Un saludo.
Esta bien, aunque lo separaria todo un poco mas con puntos y aparte para que sea mas facil de leer.

En cuando a lo de su firma creo q es de Lost, se lo dice el calvorotas a alguno de ellos :P
Efectivamente, es de Lost, es un dialogo que mantienen Locke y Sun, la mujer de Jin XD

Gracias por vuestros comentarios. Un saludo
Buen texto me gusta mucho, muy expresivo.
Outer_Heaven escribió:Sangre y pólvora.
Mi figura encorvada se perfila contra la pared. Mi respiración entrecortada ponía la banda sonora de mi situación, precaria, pero con oportunidad. Mi 9mm chasquea, caliente y palpitante, mientras sustituyo el antiguo cargador, ahora vacío. Nueve nuevas oportunidades para ser libre, para salir de aquí. Ojeo fugazmente por la ventana, mientras la sangre fluye de mi pierna con un ritmo lento pero incesante. El percutor da la señal de que es hora de luchar, de vivir, de caer o volar. Apretando los dientes, miro al cielo estrellado mientras me encamino por el largo pasillo de madera, dispuesto a bajar, atento a cualquier movimiento o susurro que el viento me traiga hasta mis oídos.

Doy en el suelo en un movimiento rápido ante el crujido de la madera que está bajo mis pies. Atento, con ella a mi lado, hago un gesto cómplice para decirle que observe, que saldremos de aquí, ella me sonríe, me reconforta. Un gran espasmo recorre su cuerpo mientras cae a plomo al suelo. Sus ojos me miran, sin vida, sin calor, mientras el carmín lo invade todo bajo ella, yo observo la figura que aun mantiene el brazo en alto, humeante y con sus ojos azules clavados en mí. Me sonríe, y le devuelvo la mirada.
− “El auténtico problema del asesino es que no sabe estar a la altura del cuchillo” viejo-dice mientras sus ojos se entornan.
− Apenas soy un par de años mayor que tú, bastardo-respondo devolviendo la sonrisa, fría y cortante.
El sonríe más aún, dejando ver sus dientes, sus colmillos, mientras sus ojos me reflejan debido a sus gafas de sol. Da unos pasos hacía mi, mientras sigo tendido en el suelo.
− ¿Ni siquiera sabes morir?-me pregunta él, mientras me apunta con su revolver. Tengo que ganar algo de tiempo para alcanzar mi arma, a mi espalda. Una sola oportunidad de vivir o múltiples de morir ¿algo que perder?
− No todavía- respondo- ¿y tú?
Sus carcajadas llenan la estancia en la que nos encontramos.
−Eres un auténtico imbécil-dice sonriendo- Ya sabes que no puedes con nosotros, ¿nunca has pensado lo paradójico que resulta matar algo ya Muerto?
− Oh, Vladimir, llevo bastante tiempo detrás de ti para que intentes sorprenderme con tu filosofía barata-digo yo, riéndome.
Su bota golpea con violencia contra mi cara, mientras caigo, noto el sabor de la sangre en mi boca. Es el momento, mi momento. Con un rápido movimiento, una bala atraviesa su cabeza, mientras se desploma y observo la pared de enfrente, ahora roja y supurante. Suspiro, con la cabeza contra la pared. Observo ambos cuerpos, desplomados sobre la madera, mientras saco un cigarrillo de mi chaqueta y lo enciendo.
−Yo soy el cuchillo, imbécil- respondo al cuerpo inerte, mientras expulso una bocanada de humo.



Lo he escrito más que nada para sacarmelo de la cabeza, porque me lleva dando vueltas muuchos días ya. Es muy muy corrientito, ya lo se, pero bueno...me apetecía escribir algo aquí, ya que casi todo lo que tengo está en papel. Si quereis dejar alguna opinión, sois libres de expresaros [risita]



soy yo o me recuerda un huevo a snake y meril en metal gear solid 1 ;) no que pase lo mismo la ambientacion
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