Bueno, por aportar un punto de vista diferente, más positivo, una situación más o menos parecida la he vivido yo cuando salía con una compañera de carrera, y al final salí ganando, aunque no era mi objetivo.
Resulta que salía con una compañera de clase que era la típica persona que "pasaba" de ir a clase con cualquier disculpa, algo que es fácil cuando estás en los primeros cursos de una carrera, tienes muchos amigos, fiestas a las que ir... siempre hay una buena excusa para no madrugar y no ir a una clase.
Pues esta persona había elegido una asignatura optativa y necesitaba aprobarla para completar los créditos de optativas de primer curso. Así que me pidió el favor de si podía yo ir a clase por ella.
Fijaos que aquí, ya no hablamos de irle al examen, sino directamente, de asistir a clase. Claro, habría sido imposible ir por otra persona al examen porque era un examen presencial típico en el que te piden el DNI y se comprueba mediante listado la asistencia. Tampoco habría aceptado jamás eso, que conste.
Aquella asignatura optativa a mí me producía repulsión total. Jamás la habría elegido. Era la optativa menos interesante, la que tenía pinta de más aburrida, de menos práctica... vamos, el "patito feo" de las asignaturas optativas, y de hecho tenía apenas diez o quince alumnos (de los cuales iban a clase la tercera parte) pero allá que me fui para la presentación, luego asistí a varias clases, tomé apuntes, me relacioné con los compañeros, etc. Y finalmente, gracias a MI esfuerzo, la chica fue al examen y aprobó. Solo sacó un 5, cosa que me decepcionó mucho, pero aprobó.
Eso sí, los profesores se dieron cuenta de que yo no estaba matriculado en su asignatura, pero no me dijeron nada... me trataron como a un alumno más (en aquel momento los "oyentes" no estaban mal vistos).
Y lo que finalmente ocurrió, que fue, digamos, un "beneficio" inesperado para mí, es que ¡¡descubrí que me gustaba esa asignatura!! Así que al año siguiente, ya sin estar con esta chica, me matriculé en la asignatura en cuestión, a pesar de que no me hacía ninguna falta, y la superé con una matrícula de honor. Finalmente fue una de las asignaturas de las que tengo un recuerdo más agradable, tanto por los docentes, como por la materia, que me pareció interesantísima pese a que inicialmente no me gustaba nada de nada.
A veces por hacer un favor a alguien te metes en jardines o en situaciones en las que nunca te habrías metido, pero nunca se sabe por dónde va a salirte la vida.