Hoy no seré yo quien escriba,
hoy será mi corazón.
Escribiré lo que diga.
Solo préstale atención…
Dos lunas negras tus ojos,
tu tez color chocolate,
tu silueta fue esculpida,
por los seres inefables.
El bombeo de mi corazón
(al unísono)
con el tuyo, late.
Eres musa, dulce poesía.
Mi fuente de inspiración.
Suspiro por ti cada día,
mi prohibida tentación.
Besos intangibles,
-que jamás llegaran-.
Caricias invisibles,
-que nunca vendrán-.
Deseos indefinibles,
-que no fraguaran-.
He aspirado mis suspiros,
te he abierto mi corazón,
desnude mis sentimientos,
mas no hallo tal razón
que apacigüe (tú,) mi obsesión.
Y mil soles pasaran,
sin compartir tan siquiera
un ápice de fervor
-del que siento por ti-
que envidiaría cualquiera.
Para mi dulce poesía.
A ti, mi musa.