De este célebre guitarrista negro nacido en 1911 en Hazlehurst, Mississippi, se han dicho muchas cosas, Como que era un músico mediocre, hasta que presumiblemente hizo un pacto con el diablo en el cruce de la Highway 69 con la 49, en Clarksdale, invocando en la medianoche al maligno con una pequeña oración de encantación que había aprendido de un viejo esclavo, para pedirle que lo ayudara a tocar el blues como nadie lo hizo nunca. Johnson, al parecer, no sólo estaba consciente de sus limitaciones como músico, sino que también estaba resentido con Dios por la prematura muerte de su joven mujer e hijo. Luego que el maligno se le apareciera, y tras prometerle que dominaría la guitarra como nadie, le explicó también que solamente debía deslizar las manos sobre el instrumento para interpretar el mejor blues de la historia. El resto es historia conocida. Johnson se transformó de la noche a la mañana en un músico sublime (su virtuosismo era tal, que al escucharlo parece que sonaran dos guitarras en vez de una y su fantasmal voz podía cambiar fácilmente de tonos y formas), grabando 29 canciones, entre las cuales se encuentran dos de sus mayores éxitos, “Crossroad blues” y “Me and the devil blues”, las cuales hacían referencia precisamente a este pacto demoníaco.
Este guitarrista, que se transformaría en influencia de excelsos guitarristas como Elmore James, Muddy Waters, Eric Clapton y Keith Richards, fallecería a los 27 años en agosto de 1938 después de tocar en un local llamado “Three Forks”, en Greenwood, Mississippi. Mujeriego redomado, Johnson había intentado seducir a la mujer del dueño del establecimiento, y antes de subir a un escenario una botella de whisky abierta llegó a su mesa. Johnson no se hizo de rogar y la bebió con avidez, pero cuando comenzó a tocar comenzó a sentir molestias físicas. Así que paró de cantar, dejó su guitarra a un lado y salió a la calle. Estuvo perdido durante 3 días y, cuando lo encontraron, ya estaba muerto. Había sido presumiblemente envenenado con estricnina. Con su misteriosa muerte, el rey del delta blues se convirtió en el primer miembro oficial del “Club de los 27”.
Fundador de los Rolling Stones (él de hecho bautizó al grupo con ese nombre, basándose en una canción de Muddy Waters), Brian Jones fue su primer líder y principal multiinstrumentista, mostrando su influencia en álbumes como “Aftermath”, “Between the buttons” y “Their Satanic majesties Request”. Considerado el músico más experimental de esta legendaria banda londinense, su versatilidad en los arreglos de guitarras era notable, tal como se puede apreciar, por ejemplo, en la guitarra slide del tema “Mother’s Little helper” (se dice, de hecho, que Jones fue el primero en tocar la slide guitar en Inglaterra). Nacido en febrero de 1942 como Lewis Brian Hopkins Jones, este rubio guitarrista, por si fuera poco, tocaba instrumentos raros para el rock (se decía que sólo necesitaba media hora para aprender a tocar cualquier instrumento), como la mandolina, la cítara hindú (en el inicio del tema “paint it black”, por ejemplo), el dulcimer, la marimba, el melotrón, el arpa, el cello, el violín, el ukelele, el acordeón, las campanas tubulares, la armónica, la batería marroquí y la flauta.
Si bien en lo años en que integró los Rolling Stones, Jones no figuró en ninguno de los créditos como compositor y tampoco cantó ninguna de las canciones, la riqueza y diversidad musical que el grupo alcanzó con él nunca volvió a ser igualada después de su partida. Sus problemas con las drogas, comportamiento errático, y la fricción con sus compañeros de banda, en especial con la dupla Jagger-Richards, sólo anunciaron que le quedaba poco tiempo en el grupo que había ayudado a formar. Durante la grabación del disco “Let it bleed”, el grupo decidió pedirle que se fuera. Jones no cuestionó la decisión, ya que en ese momento se encontraba internado en una clínica con un cuadro de depresión. Así, Brian Jones abandonó el 10 de junio de 1969 la banda que había ayudado a fundar, retirándose a su casa de Sussex. En todo caso, a pesar de haber sido expulsado de su propio grupo, Jones no se sentía particularmente infeliz, pues su cabeza estaba plagada de proyectos junto a otras estrellas de la talla de John Lennon o Jimi Hendrix. Además, mujeriego impenitente como era, ya vivía con su nueva novia, una bella bailarina sueca llamada Anna Wohlin.
Pero un mes más tarde, inexplicablemente, Jones fue hallado muerto flotando en su piscina. Junto a su cuerpo se encontró su inhalador de asma, que se encontraba al borde del estanque. El informe del forense detalló “muerte accidental” y la causa fue la “inmersión en el agua bajo la influencia del alcohol y las drogas”.Los informes de la policía indicaron que el músico había muerto a causa de un ataque de asma, enfermedad que sufría desde la niñez, aunque en la actualidad esta versión todavía es muy discutida.
En su libro “Stone Alone”, el bajista Bill Wyman opinó que “si alguna vez un hombre vivió genuinamente la vida del rock and roll y caracterizó a los Rolling Stones en todos sus aspectos, mucho antes de que los cinco asumiéramos un estilo, ese fue Brian Jones”. Tres días después de su muerte, durante un concierto en Hyde Park, el cantante Mick Jagger lo homenajeó recitando un poema de Percy Shelley: “Paz, Paz / Él no ha muerto, no duerme / despertó del sueño de la vida”. Brian Jones fue enterrado el 10 de julio en Cheltenham, su pueblo natal, y la inscripción que se escribió en su lápida ahorraba todo comentario: “No me juzguéis con demasiada severidad”. Brian Jones, el mismo chico vividor que a los 15 años ya tenía tres hijos ilegítimos, se encumbró a lo más alto fundando a los Rolling Stones, la banda de rock más importante del mundo en su momento, transformándose en su integrante más popular, pero terminó precipitándose como un cuerpo inerte flotando en el fondo de una piscina. El temido “Club de los 27” ya tenía a su segundo miembro.
James Marshall Hendrix, mejor conocido como “Jimi” Hendrix, nacido en Seattle, Estados Unidos, el 27 de noviembre de 1942, es considerado el más grande guitarrista en la historia del rock and roll y el blues eléctrico. En el año 2003 la revista Rolling Stone lo escogió, de hecho, como el mejor guitarrista de todos los tiempos, al igual que las revistas Total Guitar y Time, que lo situaron por encima de otros notables exponentes de ese instrumento como Chuck Berry, B.B. King, Eric Clapton, Jimmi Page y Keith Richards. Los 4 discos que sacó con su banda, The Jimi Hendrix Experience, además de sus recordadas presentaciones en los festivales de Monterrey, Woodstock y las isla de Wight, lo convirtieron en uno de los músicos más innovadores y completos de la época, transformándolo en un pionero de la guitarra eléctrica (su virtuosismo era tal que la tocaba hasta con los dientes). La idea de hendrix siempre fue la de crear texturas y sensaciones sonoras naturales, que fluyeran gracias al uso de nuevas técnicas con su guitarra, instrumento que, según los críticos, “formaba parte de su cuerpo”.
Pero la triunfal carrera de Hendrix se cortaría abruptamente en Londres, Inglaterra, la noche del 18 de septiembre de 1970. Después de acudir a una fiesta, su novia lo fue a buscar para dejarlo en un hotel Samarkand. Hendrix, que ya estaba totalmente bebido, tomó en su pieza una decisión fatal: ingirió nueve pastillas para dormir. La mezcla de somníferos y alcohol fue totalmente contraproducente, y Hendrix cayó presumiblemente desvanecido, muriendo después por la aspiración de su propio vómito. Posteriormente, se especuló que Hendrix no había muerto en ese momento, sino que cuando lo llevaban en la camilla: cuando necesitó girar la cabeza para vomitar en el suelo, uno de los enfermeros habría colocado su cabeza sobre la camilla, provocando así su atragantamiento y fallecimiento (también se especuló que su manager, Michael Jeffery, quien iba a ser despedido por el músico, le había hecho tomar pastillas y grandes cantidades de vino, para provocarle la muerte y cobrar el millonario seguro que estaba a su nombre). Lo único cierto es que el mundo de la música había perdido a uno de los grandes y el “Club de los 27” ya tenía a otro miembro.
Esta cantante estadounidense, símbolo femenino de la contracultura de los revolucionarios años ’60 y la primera mujer en ser considerada una gran estrella del rock and roll y el blues, nació en Texas el 19 de enero de 1943 y desde muy temprano llamó la atención por la calidad de su voz y la visceral intensidad de su interpretación. Luego de alcanzar la fama y después de que se enterara de la muerte de Jimi Hendrix, la cantante comenzó a cuestionarse qué podría suceder si ella también falleciera: «Me pregunto si yo muriera… ¿Qué pasaría? ¿Hablarían de mí tanto como de Jimi? ¡Ja, ja! No es un mal truco para hacerse publicidad, pero no creo que pudiera morir también en 1970. Eso disminuye mis posibilidades porque dos estrellas del rock no se pueden morir en el mismo año. Pero no se preocupen. No voy a morir el mismo año que Jimi Hendrix. ¡Soy mucho más famosa que él!”, les dijo la cantante en tono de broma a sus allegados.
Pero la cantante no sabía que tenía una cita con la muerte y que ésta iba a producirse menos de un mes desde del fallecimiento de Jimi Hendrix. El sábado 3 de octubre de 1970, cuando Janis Joplin se aprestaba a grabar las partes vocales de la canción “Buried alive in the blues”, en un estudio de Los Ángeles, se retiró a su habitación en el Landmark Motor Hotel. Como la cantante no se apareció en el estudio al día siguiente, según lo acordado con el productor, sus amigos decidieron visitarla en el hotel, pero, al entrar a la habitación, la encontraron muerta, tirada en el suelo a un lado de su cama. La causa oficial de su deceso fue una sobredosis de heroína, probablemente bajo los efectos del alcohol. Joplin fue incinerada y sus cenizas esparcidas desde un avión en el oceáno Pacífico. En su testamento, Joplin dejó 2500 dólares para realizar una fiesta en su honor en caso de su desaparición y se repartieron pasteles de chocolate mezclados con hachís entre los cerca de 200 asistentes que llegaron a la particular “celebración”.
James Douglas Morrison, vocalista de The Doors, es considerado uno de los cantantes más populares, influyentes y carismáticos de la historia del rock (el quinto mejor vocalista de todos los tiempos, según la revista “Rolling Stone”). Los seis discos de estudio que grabó con sus compañeros Ray Manzarek, Robbie Krieger y John Densmore, incluyen piezas musicales de antología que han hecho las delicias para los amantes del rock clásico. Morrison, hasta hoy, aún es considerado el arquetipo perfecto de la estrella de rock: voz privilegiada, mirada magnética, hosco, misterioso, inspirador, escandaloso y poseedor de un sex appeal natural. Nacido como James Douglas Morrison el 8 de diciembre de 1943, el “rey lagarto” antes de probar suerte en la escena musical ya estaba especialmente obsesionado con la poesía simbolista francesa y los mitos y religiones de las culturas de los nativos americanos. También era un consumidor habitual de alcohol y varios tipos de sustancias psicoactivas (LSD, cannabis y peyote), las que defendía porque lo ayudaban, en su opinión, a alcanzar otros estados superiores de conciencia, con un mayor equilibrio espiritual y paz interior (curiosamente, Morrison jamás se mostró especialmente entusiasmado con la heroína, principalmente por su declarada fobia a las agujas).
Después de la grabación del disco L.A. Woman, Jim Morrison decidió tomarse un tiempo libre y se mudó en marzo de 1971 a Francia, tierra del existencialismo, con su novia, Pamela Courson. Pero el 3 de julio de ese mismo año la misma Pamela lo encontró muerto en la bañera de su piso del barrio del Marais. El parte médico estableció que el cantante murió por un fallo cardiaco agravado por el abuso de alcohol, pero nunca se realizó una autopsia en regla debido a que no se evidenció violencia en su muerte. Morrison fue enterrado en París, en el cementerio de Père-Lachaise, convertido en la actualidad en un lugar de peregrinación para fans de todo el mundo (su tumba, de hecho, es el cuarto lugar más visitado por los turistas en la capital francesa, después de la Torre Eiffel, Notre Dame y el Centro Pompidou). La actual lápida, colocada por los padres del cantante en 1991, dice en griego antiguo: “Kata Ton Daimona Eaytoy”, que significaría “Fiel a su propio espíritu divino dentro de él”, aunque otros afirman que significa “De acuerdo a su propio demonio”.
Recientemente, a propósito de la muerte de Jim Morrison, después de 43 años de silencio, la actriz y cantante inglesa Marianne Faithfull, causó un pequeño revuelo mediático al confesar a la revista “Mojo” que la sobredosis que mató al frontman de los Doors había sido provocada accidentalmente por su novio de entonces, el dealer Jean de Breteuil. “La última vez que estuve en Londres un periodista me preguntó por qué maté a Jim Morrison, así que decidí contar exactamente lo que pasó y demostrar que yo no maté a Jim Morrison. Aunque sí sé quien lo hizo. Fue Jean de Breiteuil, quien fue a verlo para venderle droga y lo mató de forma accidental. La muerte de Jim Morrison fue consecuencia de la pureza del caballo (heroína) que le suministró De Breiteuil. Y yo no sabía nada sobre esto. De todas formas, todos aquellos relacionados con la muerte de este pobre chico están muertos ya. Todos excepto yo”, dijo Faitfull, entregando quizás algo de luz entre las brumas que ocultaron durante años la muerte del mítico cantante de los Doors, el mismo que en la parte final de la canción “Not to touch the earth” declaraba “I’m the Lizar King. I can do anything” (“Yo soy el rey lagarto. Puedo hacer cualquier cosa”).
Kurt Donald Cobain, nacido en febrero de 1967 en Aberdeen, Estados Unidos, ha sido sindicado por la crítica como el último “portavoz de una generación” que tuvo la música popular. Y ciertamente no fue un epíteto exagerado. Este talentoso cantante, compositor y guitarrista, quien junto al bajista Krist Novoselic y el baterista Dave Grohl formó la banda grunge Nirvana, fue el genio creador detrás de álbumes como “Bleach”, “In Utero” y, especialmente, “Nevermind”, el disco superventas donde se incluía ese furioso y emblemático himno de la generación X llamado “Smell like teen spirit”. Pero Cobain, pese a la fama planetaria y el dinero que le llegaba a raudales, también se sentía incómodo y frustrado, creyendo que su mensaje y su visión artística habían sido malinterpretadas por el público. Además, su notoria incapacidad para hacer frente a las presiones profesionales y personales de su vida, lo fueron convirtiendo en un adicto a la heroína y los tranquilizantes.
En febrero de 1994 Cobain hizo su última aparición en televisión en un programa de la televisión italiana, y en marzo, después de que el grupo tocara su ultimo concierto en Alemania, al cantante se le diagnosticó bronquitis y laringitis severas, por lo que viajó a Roma para recibir tratamiento médico. A la mañana siguiente, cuando despertó, su esposa, Courtney Love, descubrió que Cobain había sufrido una sobredosis por una combinación de champán y flunitrazepam, que ella calificó de intento de suicidio. Después de cinco días de tratamiento, Cobain salió del hospital y regresó a Seattle. Su estado mental, por cierto, no era el mejor. De hecho, sus recurrentes ataques de depresión lo habían llevado a querer titular el último disco de Nirvana como “I hate myself and I want to die” (“Me odio a mí mismo y quiero morir”).
El 8 de abril de 1994 el cuerpo sin vida de Kurt Cobain fue descubierto en una habitación encima de su garaje por Gary Smith, un empleado que había llegado a la casa para instalar un sistema eléctrico de seguridad. “Cuando vi el cadáver pensé que era un maniquí”, dijo Smith a la policía, agregando que no había notado signos visibles de traumatismo, y al principio creyó que el cantante estaba dormido. Smith también encontró en un jarrón de flores lo que parecía ser una nota de suicidio, que decía entre otras cosas: «Por favor, Courtney, sigue adelante. Por Frances. Por su vida, que va a ser mucho más feliz sin mí. los quiero, ¡los quiero!”. Al lado del cadáver de Cobain se encontró también una escopeta. Una autopsia concluyó que la muerte de Cobain fue el resultado de «una herida por bala infligida en la cabeza». El informe estimó que Cobain murió el 5 de abril, alrededor de las 11:30 de la mañana. Wendy Fradenburg Cobain O´Connor, la madre del líder del grupo Nirvana, declaró posteriormente que “ahora Kurt se ha unido a ese estúpido club de músicos muertos con 27 años, con el que solía estar obsesionado, a pesar de que yo le decía que se olvidara de esas tonterías”.
La última integrante famosa del club de los 27 fue Amy Jade Winehouse, la extravagante cantante y compositora británica de soul rock que destacó por sus tatuajes, su peinado beehive (o panal de abeja) y su inconfundible contralto, registro vocal que la crítica musical describió como «acústicamente poderoso» y capaz de expresar «las más profundas emociones». Su exitoso álbum debut, “Frank”, fue la antesala del notable disco “Back to black”, que le valió seis nominaciones a los Premios Grammy, de las cuales ganó cinco, entre ellas, Canción del año, Grabación del año y Mejor artista nuevo. Así, Amy Winehouse se convirtió en la primera mujer en ganar la mayor cantidad de reconocimientos en una sola noche y en la primera artista británica ganadora de cinco Grammys, sin mencionar que también ganaría el BRIT Award a Mejor Artista Británica, un World Music Award y tres Premios Ivor Novello, entre otros prestigiosos reconocimientos.
Pero, a la par de sus logros artísticos, la cantante también comenzó a aparecer en la prensa debido a sus constantes problemas legales y, especialmente, a su adicción a las drogas y el alcohol. En junio del 2011, de hecho, Amy realizó en Belgrado, Serbia, un concierto que fue catalogado por sus propios seguidores como «el peor concierto jamás visto», al encontrarse en el escenario completamente ebria. Las críticas fueron tan furibundas que la artista canceló el resto de las presentaciones, regresando a Inglaterra antes de lo previsto. Debido a su alcoholismo se temía lo peor y así ocurrió. El 23 de julio de 2011 la artista de 27 años fue encontrada muerta en su departamento de Londres, después de sufrir un colapso alcohólico. Según la autopsia, Winehouse falleció después de ingerir una cantidad muy excesiva de alcohol, en concreto 416 mg de alcohol por decilitro de sangre (416 mg/dl). El patólogo que realizó el examen post mortem afirmó que 350 mg/dl ya era considerado un nivel fatal, es decir, que implicaba la muerte.
ojerudo escribió:no pueden ser todos?
cash escribió:peroque dices loco, si la generacion del baby boom ha sido la mas hipocrita y cobarde de la historia.
ntombed escribió:Si resucitara Kurt Kobain, yo creo que en 2 o 3 meses volvería a estar muerto...
Kesil escribió:Es por eso que no he votado por él, y eso que en lo musical le debo mucho a Nirvana :/
Kesil escribió:Por tres he votado: Robert Johnson, Hendrix y Amy. Si acaso, he tenido problemas en pensar si votaba a Janis y no a Amy.
Miniviciao@ escribió:ntombed escribió:Si resucitara Kurt Kobain, yo creo que en 2 o 3 meses volvería a estar muerto...
Desde luego, de vivir no tenia ganas ninguna, es el unico que se ha pirado voluntariamente.
xavi sima escribió:Miniviciao@ escribió:ntombed escribió:Si resucitara Kurt Kobain, yo creo que en 2 o 3 meses volvería a estar muerto...
Desde luego, de vivir no tenia ganas ninguna, es el unico que se ha pirado voluntariamente.
Voluntariamente es un decir....claramente la iba a acabar palmando pero las pruebas de que suicidó no cuadran en muchos aspectos, yo siempre pensé en que Courtney fue la que lo maquinó todo....
ntombed escribió:Si resucitara Kurt Kobain, yo creo que en 2 o 3 meses volvería a estar muerto...
Quintiliano escribió:ntombed escribió:Si resucitara Kurt Kobain, yo creo que en 2 o 3 meses volvería a estar muerto...
No quiero ofender a ningún fan, pero creo que Kobain no se merecería volver. Recordemos que se suicidó. Y algunos más de la lista tampoco se merecerían una segunda oportunidad, al menos, como ellos mismos.
Sí les daría una oportunidad si pudieran reencarnarse en alguien totalmente diferente que tuviera que empezar desde cero
melfice dark escribió:Es el suicidio,
Algo malo (o negativo)?
De ser así;
Por qué?
Quintiliano escribió:melfice dark escribió:Es el suicidio,
Algo malo (o negativo)?
De ser así;
Por qué?
No conozco mucho la biografía de Kurt Kobain, ni pretendo juzgarle, pero este señor se suicidó cuando su música estaba en la cima del éxito, recién casado y con un hijo recién nacido. Él decidió irse. Así que me parece que, en el caso hipotético de que tuviéramos el poder de devolverle la vida, deberíamos abstenernos de hacerlo, porque estaríamos yendo contra su voluntad.
Salu2
Neo Cortex escribió:Yo he votado por: Jim Morrison, Kurt Cobain y Amy Winehouse.
Por cierto, mucho entendido veo por aquí, pero Cobain no se escribe con ka, sino con ce; Jimi Hendrix, lleva sólo una eme; y Brian Jones es con i latina
Neo Cortex escribió:@Quintiliano
No es una crítica, sino un apunte; de hecho, lo puse después de votar.
Lo que ocurre es que quizá no te diste cuenta y ahora quieres salvar la compostura; pero, vamos, paz y amor.
strumer escribió:Aunque de adolescente, cuando salió a la venta el Nevermind lo machacaba sin parar y me parecían una buena banda, pienso que Cobain estaba muy sobrevalorado y pienso que se le tiene mitificado por su suicidio. Aunque me gustase Nirvana, aun recuerdo discusiones con los amigos a los que les encantaba la banda ( cuando Kurt Cobain aun vivía) en las que ya pensaba esto, que no eran para tanto. Y pienso que su musica ha envejecido bastante mal.
Del club me quedo con Morrison, Joplin y Hendrix
que esta canción se grabó, si no recuerdo mal, con técnicas multipista en una máquina de 8 pistas, algo muy avanzado para la época salvo para las grandes discográficas. Hace unos años era posible conseguir por internet el máster de 8 pistas y podías mezclarlo a tu gusto.