Buenas, nunca he escrito nada ni soy nada bueno en las redacciones del instituto, pero me he animado a hacer esto, que si lo tengo acabado el jueves lo podré presentar a un concurso del instituto
A ver que os parece, evidentemente, no está terminado
Daniel estaba en su pequeño piso, en el despacho. Ese día llevaba ya horas y horas trabajando, había invertido más de dos años en esa investigación y parece que daba sus frutos, aunque quedaban muchos detalles para perfilar, era un buen comienzo. Daniel estaba licenciado en energías alternativas desde el año 2002, pero desde que salió de la universidad no ha trabajado en nada relacionado con su licenciatura, prefería investigar en privado hasta conseguir empleo en alguna empresa en la que le dejaran investigar su propio proyecto, que había empezado ya en la universidad. Decidió que hasta que no consiguiera ese empleo, trabajaría a media jornada, en cualquier trabajo, con fin de conseguir dinero para pagar alquiler, ropa, comida y otras cosas básicas; el resto del día estaría destinado a investigar por su cuenta.
Daniel Guerrero tenía entonces 24 años, y llevaba algo más de un año licenciado. Había estado investigando la posibilidad de usar residuos radiactivos, para conseguir energía y había descubierto una forma que, sobre papel, funcionaba perfectamente, y eliminaba los residuos radioactivos, tan nocivos para el planeta. Estaba muy satisfecho con su trabajo, y quería presentarlo a otro investigador, Jorge Martín, que además dirigía unos importantes laboratorios, famosos por sus investigaciones en energía alternativa; quizá podría darle empleo para seguir investigando sin problemas.
De momento, después de todo el día trabajando y haber conseguido ya algo claro, no le apetecía pensar ni seguir trabajando. Llamó a su amigo, Toni, y quedó con él para tomar unas cervezas en su casa.
Ayer Daniel estuvo hablando con Toni y le contó sus intenciones acerca de presentar su investigación a Jorge Martín, además de entregarle una copia de su investigación. Toni, aún y sus problemas personales (perdió a su madre hace algo más de una semana) se alegró de corazón por Daniel y le animó todo lo posible para que siguiera adelante.
Lo primero era conseguir cita con Jorge Martín. Llamó a los laboratorios Acex, que eran de su propiedad, y preguntó a la secretaria si seria posible concertar una cita con él. Ella le contestó que no, que no era posible, que si quería le podía dejar el proyecto en los laboratorios, y él mismo lo recogería y le echaría un ojo. A Daniel no le pareció la mejor solución, pero aceptó.
Tres días después de entregar una copia de su proyecto de investigación y sus datos en los laboratorios, recibió una llamada. Era la misma secretaria con la que habló unos días antes, y le comunicó que al Sr. Jorge Martín le interesaba su propuesta, y que podía ir el día siguiente a los laboratorios para hablar con él. Daniel estaba realmente contento, eso demostraba que su proyecto era sólido, pues J. Martín no perdía su tiempo con cualquier proyecto… Llamó a Toni y se lo contó todo, y le dijo que mañana, después de la cita con J. Martín se pasaría por su casa un rato, si no le importaba. Toni aceptó.
Quedaba una hora para la cita con el investigador, y Daniel estaba realmente nervioso. Se había vestido de manera informal, pero elegante a su vez. Llevaba unos pantalones de pana marrones y una camisa blanca. Cogió las llaves del coche y se dirigió hacia los laboratorios, a unos veinte minutos de su casa.
La cita transcurrió sin problemas. Daniel estuvo hablando con Jorge, que no paraba de hacerle preguntas sobre su investigación y sus objetivos. Daniel notó algo raro en él, su expresión era cómo de preocupación, más que mostrarse impresionado sobre sus investigaciones. Pensó que tendría algún problema personal. Después de algo más de una hora de hablar con él, le dijo que posiblemente le llamaría, que quizá le podría ofrecer un empleo, y se despidieron.
Mientras conducía hacia casa de Toni, se iba recreando en las últimas palabras pronunciadas por Jorge, un empleo investigando exclusivamente sobre la posibilidad de convertir residuos radioactivos en energía, con todas las facilidades económicas y de personal que le podían ofrecer los laboratorios Acex. Era una utopía. Estuvo algo más de dos horas en casa de Toni, y entonces decidió volver a casa.
Entró por el portal, subió al ascensor y cuando salió de él se encontró algo inesperado. La puerta de su casa estaba abierta. Estuvo dudando sobre si llamar a la policía, pero no pudo con los nervios y decidió entrar. Hizo la típica pregunta de si hay alguien y nadie contestó. Estaba todo en el suelo, tirado. Un robo era algo poco probable, pues aquellos pisos eran pequeños y la gente que vivía en ellos no tenía demasiado dinero. Fue a su habitación, abrió una caja que tiene en el armario, que también estaba revuelto, y el reloj de oro heredado por su padre estaba en su sitio. El robo estaba descartado, ya que era imposible que registraran el armario y no abrieran esa caja, que además llevaba la inscripción de la marca Rolex arriba. Entonces, ¿Qué buscaban?
Saludos!