La gente es empática por mis cojones, viven de esloganes y principios prestados.
Nadie se ha parado a pensar que pudiera ser, por ejemplo, una persona que sufra una profunda depresión o cosas así. Podría ser un familiar tuyo o tu vecino, alguien que no tiene trabajo y lo ve todo muy negro o vete tu a saber.
La gente es la ostia de verdad.