El otro día estaba en la cola del super pagando la compra cuando de repente apareció Jordi Hurtado y se puso delante mío diciendo "quita gusano, ¿es que no sabes quién soy?" Esta interrupción repentina me dejó tan atónito que no supe qué decir, me quedé parado en el sitio mirándole con cara de imbécil a los ojos y en encefalograma plano. "Pffffffff, creía", decía mientras hacía un deje de desprecio mientras resoplaba por los labios. La cara de la cajera era un poema también. "Bueno qué, fracasada escolar, ¿me vas a cobrar o qué, o eres tan cretina como aquí el de los Chocapics?", dijo de manera despreciativa mientras ponía varias chocolatinas, regalices y Toblerones encima de cinta, además de varios cajas de tampones y Predictors. "Sí , sí.. no se preocupe señor; son 17,40 €", dijo recuperando el sentido pero como en babia. Yo seguía en el sitio mirando su traje azul, su pelo rizado y sus gafas de pasta de diseño sin dar crédito. Para mi sorpresa, empezó a palparse los bolsillos como si buscara dinero, pero sin encontrarlo, a lo que dijo dando un puñetazo en la cinta y creando un fuerte estrépito,"me cago en la puta, ya me he vuelto a dejar los billetes en el otro traje, que te meto tolay", y se fue de la cola corriendo mirándonos con una sonrisa sarcástica, mientras tropezaba con un reponedor gordo que llevaba un carrito con latas de conservas y casi se daba contra la puerta automática.