Después de cepillarte todo el juego, con la enorme luna a punto de colisionar contra el suelo (dramático a más no poder), te esnifa y apareces en ésa pantalla tan extraña en la que hay un estupendo campo verde en el que parece que algo no encaja nada más llegar y que amenaza eterna intranquilidad, con 'nuestro amigo' allí sentado impasible... esperando nuestra respuesta (que mal rollazo) a su pregunta (que mal rollito) teniendo en nuestro poder la máscara que puede colmar a Link de un espíritu no demasiado noble pero de efecto devastador en la batalla... uno se siente excepcionalmente satisfecho con el juego (como pocas veces se consigue).
Este juego, dejando de lado si es o no un Zelda al uso y mucho más si se puede permitir el lujo de ser tan diferente a los demás, me transmitió en su día muchísimas sensaciones. Consiguió que me metiera por completo en la historia, en la mecánica de los viajes en el tiempo y en los aspectos que había que tener en cuenta para realizar las tareas en el plazo previsto, ni antes ni después, y en el momento adecuado retroceder de nuevo para evitar el desastre. La ambientación es magistral y algunas músicas absolutamente inolvidables (teniendo en cuenta que los Sabios, más que otra cosa son Mr. Potatos con patas, quiero pensar que la 'culpa' de que tenga tan grabada en la memoria las secuancias en las que aparecen es de la BGM)
Me encantaría poder disfrutarlo de nuevo en una máquina que pueda gestionar su entorno 3D con mayor soltura, a un frame rate más elevado y estable y con unas texturas a la altura de las circunstancias, más que nada porque me consta que mucha gente se lo perdió en su día al haber abandonado ya N64.
Éso sí, como muchos juegos de N64 y sobre todo comparándolo con las cosas que salen últimamente, no era un camino de rosas precisamente en cuanto a dificultad.
Agur.