Lo que más miedo me da es que lo que se ha mostrado en los medios de comunicación solo es de la zona turística, que son los lugares mejores construidos y más seguros. Si así quedaron no me quiero ni imaginar cómo estarán las zonas populares de la ciudad.
Soul Assassin escribió:Vaya desgracia.
Eso si, nunca entendí los saqueos tras una catástrofe. Debe de ser una especie de paranoia colectiva o que simplemente algunos son muy pillos y aprovechan la mínima para saquear.
Saludos desde México. Lo de los saqueos son una combinación de factores.
Por un lado el huracán paso de categoría 1 a 5 en 12 horas y no dió tiempo de prepararse
adecuadamente y además la ciudad quedó aislada por tierra tras el huracán, además de que el gobierno actual deshizo el fondo nacional de desastres con el que el país contaba para atender estas situaciones, está tardando mucho en reaccionar y además mando que solo el gobierno y el ejército serán los únicos que podrán entregar ayuda a la población de Acapulco y están concentrando en otra ciudad la ayuda que estaba en camino hacia Acapulco y que a nadie se le ocurra ayudar sin la etiqueta de su partido político primero.
Por lo que ante la falta de servicios, la incomunicación y la tardanza mucha gente de verdad se vio de verdad en necesidad de agua potable, comida y otros artículos de primera necesidad.
Cuando ven que uno roba y nadie lo detiene, más gente lo hace también.
Pero por otro lado, en Acapulco ya tienen antecedentes de saqueos en años anteriores así que también hay mucha gente esperando la mínima oportunidad para el pillaje tras los huracanes.
En el año 2013 la población también realizó grandes saqueos después de un huracán y como reino la impunidad se ha repetido desde entonces y en otras ciudades de México han surgido imitadores al ver que en Acapulco no pasó nada.
Así que al mismo tiempo se mezclan personas con carencias reales que solo están buscando comida para su familia con otros que se están llevando pantallas, refrigeradores, motocicletas, cerveza, etc. En Acapulco ya se está volviendo una tradición post huracán.