Aunque es una historia un tanto desconocida, para mí el peor rodaje de todos los tiempos fue el de El conquistador de Mongolia (1956).
Se estima que, 25 años después del estreno, el 41 % del equipo que participó en la película había contraído cáncer y que unas 50 personas habían muerto por esta enfermedad en 1981.
¿Casualidad? No lo parece. El rodaje del filme tuvo lugar en el desierto de Snow Canyon, cerca de Yucca Flat, una zona desértica en la que se llevaron a cabo decenas de pruebas nucleares a principios de los años 50, por lo que está considerada una de las zonas con más radioactividad del planeta.
De hecho, un mes antes del inicio de la filmación, en mayo de 1955, se realizó allí una prueba nuclear.
A principios de los años 80, más de la mitad de los 200 integrantes del equipo de rodaje padecían cáncer o habían muerto debido a la enfermedad.
En 1963, el director de la película, Dick Powell, murió a causa de un linfoma. Cinco meses después, Pedro Armendáriz, uno de los actores del film, se suicidó al saber que el cáncer de riñón que padecía desde hace cuatro años era mortal.
John Wayne, protagonista de la cinta, murió en 1979 por culpa de un cáncer de pulmón que se le extendió al estómago, a pesar de que en 1964 la enfermedad había sido, en principio, superada con éxito.
Unos años antes, en 1975, Susan Hayward, actriz también de la película, falleció de un cáncer cerebral.