Ante un abusón o un acosador, lo peor que se puede hacer es rendirse, porque eso le transmite al abusón la idea de que puede salirse con la suya.
Hay que denunciar ante la policía el acoso.
Por cierto, todos los centros educativos disponen de unas hojas de notificación que sirven para enviar a los Servicios Sociales y a la Fiscalía en las que se comunican hechos que las autoridades deben conocer. Considero que el acoso una vez que sea conocido por los profesores, debería ser notificado por el propio centro. El problema está en que a los docentes les da miedo denunciar, por las consecuencias que podría tener si la denuncia luego se considerase no fundamentada o falsa.
Pero el gran punto en contra de los abusones es que suelen ser reincidentes así que con el tiempo probablemente la policía ya les conocerá. Así que cada denuncia que se ponga servirá para ayudar a que el abusón se lo piense más para la próxima vez, si no quiere terminar ante el Fiscal de Menores.