@O_Dae_soo estoy muy mayor y desarraigado del País Vasco para tener una opinión muy negativa o muy positiva del estado actual de ETA. Una región que lleva mucho tiempo recibiendo trato de favor por su superioridad industrial (que me pregunto quién llevó ahí) y que quiere irse por ser muy únicos.... Pues oye, sinceramente que monten referéndum y si sale, se vayan. Lo mismo con Cataluña.
Demasiada tontería en un mundo globalizado como el actual, donde sinceramente no sé si se comerían un colín globalmente (en EU no entrarían si España veta, puestos a marear, y diría que no son regiones autosuficientes y mucha empresa volaría al primer indicio).
Pero vamos, que entiendo que a día de hoy no van a ir poniendo bombas ni haciendo el tonto, así que lo que quedan son ETArras de camiseta si acaso, que son más de jugar con la PS5 a GTA a tirar granadas que realmente hacer algo que pueda causar daño.
Pd: respecto al término de Franquista... Entiendo que también los que quedan son de camiseta, no creo que quede mucha persona sana que adore a un cadáver. Sí que quedarán muchos que preferirían a un tipo con cerebro al mando de todo el país antes que al teatrillo que tenemos ahora mismo, pero ésos seguramente sí que sean fascistas.
@KnightSolaire hombre nadie va a dudar de que es una obra de poder transformador. Movilizas a un país de mayoría de pobres a tirar abajo al fango a los medio pobres y así ser todos igual de pobres y vivir todos como NPCs duplicados (misma ropa, coche, casa etc) pero de mientras los dirigentes viviendo la vida padre.
Es algo así como la monarquía, pero sin la incomodidad de la burguesía y los otros nobles.
Ahora, ¿En la teoría y con mucha fantasía? Ahí triunfa. Y es normal, también triunfa mucha religión con suficiente fantasía.
@Toni_sab te lo corrijo
Toni_sab escribió:No te preocupes, aquí tenemos compañeros que cambian de ideología como de camisetas
Corregido
y ojo, me parece mucho más sano en una democracia poder cambiar de ideología que ser fanático de algo. Vamos, los griegos, que para algo dieron los primeros pinitos en esto, se inclinaban por dialogar y llegar juntos a nuevas conclusiones, aunque uno (o ambos) de los interlocutores vieran sus ideas derruidas en el camino. Ahora ya no se estila tanto.