La magia de los amplificadores consiste en colocarlos dónde está la antena, para que circule a través del cableado de la casa la señal ya amplificada, y no le afecte tanto el ruido que captará ese cableado.
Si la pones en la toma dónde el receptor, estarás amplificando la señal, pero también el ruido, por lo que no estarás mejorando la relación señal a ruido.