Nintendo ha
emitido un comunicado para anunciar que el pasado 17 de enero un tribunal federal de Dallas (Estados Unidos) revocó un fallo en contra de la compañía en un caso de patentes relacionado con el Wii Remote. Nos referimos a juicio que desde el 2013 enfrenta a Nintendo y iLife Technologies, que en primera instancia logró un veredicto favorable donde se condenaba al fabricante de consolas a
pagar 10 millones de dólares. Junto a la sentencia, ha quedado anulada la multa.
Según indica Nintendo, el tribunal ha concluido que iLife Technologies estaba tratando de cubrir de forma “inadmisible” un amplio concepto del uso de sensores de movimiento para identificar una actividad física. La compañía japonesa no entra al detalle, pero inicialmente iLife Technologies, una compañía dedicada a los productos de salud, afirmaba que Nintendo había violado una de sus patentes para poder desarrollar el Wii Remote, el mando con capacidad de detección de movimiento de Wii.
En el juicio Nintendo admitió el uso de acelerómetros y sensores de movimiento, pero afirmó que para desarrollar e implantar esta tecnología en el mando había seguido caminos diferentes a los de iLife Technologies. Inicialmente la compañía demandante pedía una compensación de 144 millones de dólares (4 dólares por cada Wii vendida hasta 2016), pero el tribunal le concedió 10 millones de dólares (0,25 centavos por consola). Nintendo apeló y finalmente iLife Technologies se quedará sin indemnización.
Nintendo también recuerda que la demanda por infracción de patentes presentada por iLife Technologies y que ahora ha quedado desestimada es la última de las 6 que originalmente fueron expuestas. Cinco quedaron invalidadas en 2016 por la Oficina de Patentes. Esta no es la única vez que Nintendo ha tenido que combatir acciones legales similares. Wii fue una consola con un tremendo éxito comercial y no fueron pocos los que intentaron aprovecharse de ello. Que se sepa, Nintendo ha ganado todos los casos que han llegado a juicio.
La única vez que Nintendo ha
firmado un acuerdo fue con Phillips, que
demandó en varios países con el fabricante japonés por los sistemas de control de Wii y Wii U.