Es mi película favorita de Steven Seagal y posiblemente lo más potable que hizo como actor. Su secuela es basurilla.
Y si, coincido, ver a Erika Eleniak saliendo del pastel son de esas cosas que no se olvidan. Yo me llegué a alquilar esa película en el videoclub solo para poder ver esa escena, lástima que el VHS lo teníamos en el comedor y no pudimos intimar más esa noche. xD