Apple no se convertirá en un fabricante de coches eléctricos. Así se lo ha hecho saber la compañía a los casi 2.000 empleados implicados en el que hasta ahora era uno de los proyectos más ambiciosos en la historia de la multinacional estadounidense, según ha revelado Mark Gurman de
Bloomberg. Muchos de los trabajadores afectados pasarán a formar parte de la división de inteligencia artificial y también habrá despidos.
La decisión de abandonar el coche eléctrico ha sido compartida por el director de operaciones Jeff Williams y el vicepresidente tecnológico Kevin Lynch. En su mensaje, los ejecutivos han comunicado que muchos de los empleados del equipo que trabajaba en el vehículo eléctrico, conocido como Special Projects Group, pasarán a la división de inteligencia artificial dirigida por John Giannandrea, que en 2018 se unió a Apple en calidad de vicepresidente sénior de Estrategia de Aprendizaje Automático e Inteligencia Artificial. Estos trabajadores se centrarán en proyectos de IA generativa, un sector cada vez más importante dentro de Apple.
Sin embargo, no todos los empleados que hasta ahora participaban del desarrollo del vehículo eléctrico seguirán en la compañía. Gurman afirma que el proyecto contaba con “varios cientos de ingenieros de hardware y diseñadores de coches”, algunos de los cuales podrán solicitar trabajo en otro equipo de Apple mientras que otros serán despedidos. El número de afectados no ha trascendido y la compañía no ha querido hacer comentarios al respecto.
En opinión de Gurman, que es uno de los periodistas que mejor conoce a Apple, la renuncia del coche eléctrico supone un terremoto para la compañía debido a que este proyecto habría supuesto abordar una industria completamente nueva. Apple lleva una década trabajando en esta iniciativa y la idea era terminar poniendo a la venta un vehículo eléctrico totalmente autónomo. Sin embargo, el proyecto ha estado rodeado de problemas desde sus inicios, con cambios de dirección y ejecutivos que iban y venían como Doug Field, un exejecutivo de Tesla y líder del proyecto de Apple que en 2017 abandonó la compañía y fichó por Ford.
A nivel ejecutivo, la decisión se toma por diferentes motivos. Internamente se estaba discutiendo retrasar el lanzamiento del coche eléctrico al 2028 y reducir el nivel de conducción autónoma del nivel 4 (automatización elevada sin intervención humano) a nivel 2+ (automatización parcial que precisa de conductor pero este no tiene que hacer ningún control de movimiento). El precio del coche habría rondado los 100.000 dólares. Sin embargo, un vehículo no tiene los mismos márgenes de beneficio que un iPhone u otros productos de Apple y existía la posibilidad de que el proyecto siguiera costando cientos de millones de dólares.