A finales de 2017 Apple puso en
marcha un plan que permitió a los clientes de un iPhone 6 o posterior reemplazar por 29 dólares (en lugar de los 79 dólares habituales) la batería del móvil para evitar que
disminuyera su rendimiento. Recientemente la compañía admitió que esta iniciativa tuvo un impacto en sus ingresos, que serán
menores de lo esperado, pero no llegó a revelar cuántos usuarios se habían beneficiado de esta iniciativa.
De puertas afuera Apple mantiene el hermetismo sobre este dato, pero según el medio
Daring Fireball, que cita las palabras del director ejecutivo Tim Cook durante una reunión con empleados celebrada a principios de año, estaríamos hablando de un total de 11 millones de reemplazos en todo el mundo desde el inicio del programa. Se trata de una cifra que multiplica por 10 el número habitual de sustitución de baterías, una operación a la que normalmente se acogen entre uno y dos millones de clientes al año.
Se desconoce cuántos de estos clientes hubieran adquirido un nuevo iPhone al ver que el rendimiento del suyo bajaba por culpa de la batería, pero durante el último trimestre de 2018 el precio medio de venta de un iPhone era de 793 de dólares. Con solo que el 50 % de ellos hubiera pasado de nuevo por caja, Apple habría ingresado algo más de 4.000 millones de dólares adicionales por la venta de iPhones, pero en su lugar recibió 319 millones de dólares mediante el programa de reemplazo de la batería. La buena noticia para Apple es que mantiene a esos 11 millones de clientes dentro de su ecosistema.
El programa de reemplazo de baterías ha influido negativamente en los ingresos de Apple, pero es probable que la desaceleración de las ventas del iPhone en la
Gran China haya jugado un papel más importante.
Fuente: Venturebeat