Como tantos otros productos de Apple, el jocosamente bautizado como iCar es un secreto a voces dentro y fuera de Silicon Valley. Desde hace años, mucho antes incluso del advenimiento de la etapa dirigida por Tim Cook, es sabido que la firma de la manzana posee algo más que un interés peregrino en la industria de la automoción, con un ojo puesto durante los últimos años en el desarrollo de un esquivo vehículo eléctrico (conocido tentativamente como Project Titan) supuestamente dotado con tecnologías sumamente innovadoras que lo situarían en competencia directa con Tesla. Las últimas informaciones, sin embargo, hacen pensar que Project Titan podría quedarse en otro proyecto nonato.
La agencia de noticias
Bloomberg ha publicado un largo artículo en el que básicamente da por muerta y enterrada la iniciativa para traer al mercado un automóvil eléctrico de alta gama. De acuerdo con fuentes consultadas, Apple se enfrenta a una continua hemorragia de ingenieros y desarrolladores de software, descontentos con el ambiente de trabajo en una compañía que no deja de cambiar el rumbo de un proyecto que nunca llega a enderezarse.
De acuerdo con el artículo, aproximadamente 1.000 personas relacionadas con el vehículo eléctrico de Apple han sido recolocadas dentro de la compañía, despedidas o se han marchado por voluntad propia. Fuentes consultadas por Bloomberg señalan que Apple ha reducido su interés en Project Titan hasta tal punto que ni siquiera se sigue contemplando la producción de un automóvil.
A pesar de que el proyecto para lanzar un coche es una de las ambiciones más antiguas de Apple, la compañía se habría encontrado con múltiples problemas en el camino. Como bien señaló el máximo responsable de Daimler hace un tiempo, fabricar un coche es una labor mucho más compleja a nivel industrial que producir teléfonos o tabletas.
Múltiples desencuentros con los proveedores de componentes habrían añadido presión a un proyecto que ni siquiera contaría con el beneplácito de un buen número de inversores, y es que el mercado automovilístico maneja unos márgenes de beneficios exiguos en comparación con los productos de Apple, en ocasiones inferiores al 10%. Ante esta situación, Apple solo podría apostar por el casi inaccesible mercado del lujo o reducir de forma notable la calidad del vehículo, lo cual atentaría contra su propia filosofía e imagen.
En estos momentos resultan especialmente ácidas las palabras de Elon Musk, que a finales de 2015
rechazó sonadamente la noción de que Apple estaba robando empleados a Tesla:
¿Ingenieros importantes? Han contratado a gente que hemos despedido. Siempre nos referimos jocosamente a Apple como "el cementerio de Tesla". Si no triunfas en Tesla, te vas a trabajar a Apple. No lo digo en broma.
Más allá de cualquier acritud personal, Musk sabía de lo que hablaba. No solo en su calidad como máximo responsable de Tesla, sino por el hecho de que el constructor de vehículos eléctricos es un auténtico sumidero que por ahora solo genera pérdidas económicas a pesar de tener unos robustos ingresos y una valoración que es la envidia de la industria de la automoción.
El
status de Project Titan es en gran medida desconocido. Fuentes bien situadas señalan que actualmente solo se está trabajando en la tecnología de conducción automática, con vistas a que Apple tome una decisión definitiva sobre la plataforma a lo largo de 2017.
Fuente: Bloomberg