Ese documental es muy interesante, pero no se lanzaban en una bomba, sino que se les dejaba ir volando en una dirección que previamente se había estudiado que tomarían, y un temporizador hacía explotar la pequeña bomba incendiaia que llevava adosada cada murciélago cuando se suponía que estaría sobre Tokio.
La base americana no fue destruída, pero sí sufrió daños de consideración, lo que hizo pensar que la idea no era tan descabellada como parecía.