Hola amigos, vengo a escribir a modo de desahogo.
Hace cinco meses rompí con mi pareja, con la que llevaba casi dos años. Desde el primer momento de la relación tuvimos mucha complicidad, desde luego amor y cariño no nos faltaba ni nos ha faltado nunca, hasta el último momento. Pero, a medida que fue pasando el tiempo, empezaron a surgir problemas que me generaron muchas dudas.
Por un lado, estaba viviendo en Mallorca, lejos de mi familia y amigos, cosa que con el tiempo se me empezó a hacer cuesta arriba ya que no los veía prácticamente nunca, porque el viaje hasta mi ciudad en la península implica perder prácticamente un día solo en ir y otro en volver, así que apenas les visitaba. Y lo peor es que, las pocas veces que he querido ir, no le ha hecho especial gracia a mi pareja. Ella es muy desapegada de su familia y con verles un par de findes al año le vale, así que se piensa que para todo el mundo es igual. Lógicamente esto es una línea roja considerable que al final ha pesado mucho para que yo decidiese dejarla, porque yo necesito ver a mis seres queridos con más frecuencia y no quiero estar con una persona que esté de morros cada vez que me voy un finde. De hecho, me terminó generando una inseguridad tan grande que, a día de hoy, no me veo viviendo en Mallorca, siento la necesidad de vivir en la península para tener más a mano a mis seres queridos, cosa que al principio de la relación ni me planteaba, estaba tan a gusto en la isla y pensando en hacer mi vida allí con ella.
Por otro lado, la convivencia en sí, el día a día, se fue haciendo difícil. Ella me agotaba, es poco flexible en cuanto a cómo vivir, hábitos, horarios, costumbres, etc. Los momentos buenos eran muy muy buenos (viajes, excursiones, playa, montaña, cine, exposiciones, teatro, museos, amigos, gastronomía, conciertos, sexo… el ocio en general), pero el resto de momentos del día eran agobiantes porque es muy exigente. Además, yo apenas encontraba tiempo para mi solo, para disfrutar de mis cosas sin ella.
Todo esto lo he explicado muy por encima, hay muchos detalles en estas situaciones en los que no voy a entrar para no extenderme. Y, lógicamente, yo también he cometido errores. El principal es que yo no le contaba estas cosas que a mi me estaban machacando, básicamente para evitar que ella lo pasara mal. Había momentos en los que se lo dejaba caer y en otros casos se notaba que había cosas que me molestaban, pero la realidad es que nunca me senté a hablar de esto con ella seriamente y abiertamente.
La cuestión es que, al final, yo me vi superado por la situación y decidí cortar. Ella me estuvo suplicando que no lo hiciera, que le diese una oportunidad, que tenía arreglo si lo hablábamos, que ella no era consciente de esas cosas que me hacían daño porque yo no se lo había manifestado. Que sabiendo todo esto, ella iba a hacer todo lo posible por mejorar en esos puntos que me estaban machacando (su dependencia hacia mi, su falta de empatía, darme más libertad…). Sin embargo, entre que yo estaba ya al límite y que son cosas que me cuesta creer que una persona pueda cambiar teniendo en cuenta que su personalidad ya está completamente formada, me negué a darle esa oportunidad. Digamos que yo no confiaba en que ella pudiese mejorar como me decía en esas cosas que a mi me habían ido quemando.
Y ahora pasamos al momento actual, en el que han pasado meses desde la ruptura pero yo sigo igual de jodido. Leyendo lo que he escrito arriba está claro que era una relación tóxica, desequilibrada, donde yo tenía una actitud más sumisa y me dejaba “mandar” para que ella no se sintiese mal. Creo que son razones más que suficientes para terminar una relación. A mi me costó muchísimo dar el paso porque la quería y la quiero mucho. Veía mucho potencial en nuestro futuro, teníamos muchos planes. Así que me mató completamente terminar con todo eso de golpe, sin dar opción a hablarlo ni arreglarlo. Está claro que ella tuvo un comportamiento tóxico, pero lo reconoció y se mostró abierta a mejorarlo, y yo me negué a darle ese voto de confianza. También pienso en que, si lo nuestro no tiene futuro, mejor cortar cuanto antes y así ahorramos tiempo los dos. La cuestión es que no estoy tan seguro de que lo nuestro no tenga futuro.
Tengo muchas dudas y no sé si es que sigo enamorado, si la estoy idealizando a ella, a los buenos momentos y a nuestro proyecto de futuro o una mezcla de todo, pero el caso es que no lo supero, pese a que fui yo el que tomó la decisión de dejarlo y que llevamos dos meses sin ningún tipo de contacto y que, en este tiempo, he cambiado de trabajo y estoy mirando para comprarme una casa, o sea que distracciones no me faltan.
Me arrepiento de haber cortado de forma tan radical, sin dar opción a arreglarlo pese a que ella tenía la voluntad de cambiar. Me fastidia pensar que me estoy perdiendo una relación genial en la que podríamos llegar a mantener todo lo bueno y pulir bastante lo malo, el no estar dando la oportunidad a que eso ocurra.
Ella también está pasándolo muy muy mal, de hecho, yo creo que si le dijera de intentarlo de nuevo respondería que sí de inmediato. Pero no lo hago por miedo, porque dudo que vaya a cambiar su personalidad y forma de ser lo suficiente como para no ser tan tóxica. Y porque tengo miedo de volver por las razones inadecuadas y que así, de aquí a dos meses, le esté diciendo otra vez que no quiero seguir con la relación. Pero no dar ese paso me genera unos remordimientos y una sensación de arrepentimiento que me tienen bien jodido.
Perdón por el tochaco, pero quería compartirlo y leer experiencias similares si hay algún forero que se anime a contarlas.