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Benn Beckman escribió:pitt escribió:hermes90 escribió:la gente con trastornos mentales puede llegar a ese punto, el problema no es la pandemia en sí porque si tiene el tratamiento correctamente no debe pasar, que algunos ya estan con el casco de papel de aluminio
La hermana de un amigo mío también se suicidó tirándose desde un noveno..
La gente con trastornos mentales tiene el problema de que aquí el tratamiento psicológico psiquiátrico es una puta mierda.
Faltan psiquiatras y psicólogos en la seguridad social y que las citas no se den cada 4 meses, una persona con problemas mentales necesita un seguimiento mucho más estricto.
Yo tuve un compañero en una academia de oposiciones que era un puto crack como persona. Siempre bromeando, alegre, simpático. Se sacó la oposición, cogió plaza y a las semanas me entero de que se suicidó... Nunca lo olvidaré. Me marcó muchísimo.
JesucristoShinobi escribió:A mi es que me entran ganas de liarme a patadas con las personas que dicen que las enfermedades mentales son un cuento y que los psicologos son unos saca cuartos.
pantxo escribió:@kitinota, por favor, te invito a que abras tu propio hilo para debatir acerca del suicido masculino, la violencia de género y lo que quieras.
Este es un hilo de recuerdo a mi vecina, de desahogo y para compartir experiencias similares, no me gustaría que se desvirtuase. Estoy seguro de que lo comprendes.
Muchas gracias
Cleveland escribió:El enfermo mental es el blanco perfecto para los demás. Los demás deciden cuándo es un enfermo mental, cuándo una mala persona y cuándo todo es cuento, su enfermedad incluida. Los demás eligen etiquetarlo a voluntad, negándole la categoría de igual, de semejante. Los demás, los supuestamente sanos, se arrogan el derecho de juzgar, de señalar y hasta de ejemplificar, usando a menudo al enfermo para la reafirmación personal y el arribismo.
Un enfermo mental verá cómo poco a poco es siendo reducido, ninguneado, silenciado y hasta ultrajado por gente que incluso dice quererle o preocuparse por él. Comprobará, desde su derrumbe, cómo si intenta protestar o muestra ira, le dirán que no tiene "ningún derecho". Un enfermo mental nunca "tiene derecho", el "derecho" siempre es de los demás... Un enfermo mental comprende que, de alguna manera retorcida, los demás lo prefieren así: encogido, catalogado, etiquetado, limitado a tres líneas, a un diagnóstico y una medicación, y cosificado entre estadísticas y números. Oirá a su propia familia hablar de él como se habla de una mascota malherida, anulada su complejidad como individuo, su potencial interior y su libertad personal. Por eso cuando un enfermo mental estalla, a menudo o lo hace hacia dentro (suicidio), o hacia fuera (matanza).
Pocos suicidios hay, y pocos asesinatos.
Cleveland escribió:Vienes prácticamente a decir, más o menos, que el enfermo mental tiene que poner de su parte, ser social, no encerrarse en sí mismo, no ser una carga o un dolor de huevos, pero eso, en los momentos más graves de un cuadro clínico, es como pedirle a un enfermo de cáncer que modere su propensión a la metástasis, o rogarle al recién trasplantado que su cuerpo no rechace el riñón, después de lo que ha costado encontrar donante. Entiendo lo que dices, la voluntad de mejorar; ya Hipócrates mismo decía que era una cuestión fundamental que el enfermo quisiera sanar, pero este sabio con propensión a la sodomía desconocía (aunque intuyera) los desequilibrios bioquímicos del cerebro, las anomalías hormonales, las taras genéticas, la existencia de virus, microbios y bacterias, en fin...