Desde diciembre del año pasado me converti en acogida de dos gatos preciosos de 3 meses, necesitaban urgentemente un hogar hasta conseguir una adopción definitiva, y ahi estuvimos nosotros, mi madre, yo, y mi hermano pequeño. Ayer se los llevaron para quedarse en una nueva acogida, ya que mi madre estaba harta de los gatos (esta bastante estresada y tiene poca paciencia por sus motivos) y no queria tenerlos más aquí. Bien, pues ayer cuando estaba bajando sus cosas, y sus transportines no podia dar credito a lo que estaba viviendo, el corazón se me hizo trizas y me lleve llorando toda la tarde.
Se han ido tras cuatro meses de convivencia diaria, tras muchas trastadas, muchos mimos, y muchos momentos unicos. Recuerdo especialmente, cuando uno de ellos se rompio la patita (Rayo) jugando, y me quedé con el toda la noche vigilando que esuviese bien, también recuerdo como me traje a Trueno (su hermano) a la cama a la noche siguiente, para que no durmiese solo mientras su hermano estaba en el veterinario.
Recuerdo como Rayo danzaba de un sitio a otro con la cedulita pequeña adaptada, y como me buscaba para dormir sobre mi regazo, como se acurrucaba conmigo, como me lamia para para limpiarme, o me daba bocados de cariño.
Han sido los primeros animales que he tenido en casa, y nunca imaginé que se les pudiese querer tanto, como tampoco imaginé que los gatos tuviesen una fama tan alejada de la realidad de lo que son como animales. Se dice que son ariscos, independientes, egoístas, y dados a dar zarpazos o arañar por casi cualquier cosa. Todo mentira, todo falso.
Mis gatos han sido lo más cariñoso que he tenido cerca jamas, me seguían por toda la casa, me miaban por comida, hacian la croqueta para que les acariciase la barrigota (sobretodo Rayo, que esta bien gordote), me buscaban para dormir conmigo, se quedaban fritos cerca, o sobre mi regazo buscando el calorcito. Trueno especialmente, cuando me despistaba se subia a mi cabeza y me limpiaba el pelo cuando me descuidaba al igual que hacia con mi hermano, cogia mi mano y brazo y me daba pequeños bocados en él. Han sido dos bichitos especiales, que han dado y recibido todo el amor que yo tenia, y me causa mucha tristeza que ya no estén aquí.
Los voy a echar mucho de menos, y con ellos se han ido una parte de mí.