El videojuego se llamaba “
Meet the Lord” o eso creo, si no era así el nombre era muy parecido. En ningún momento explicaba realmente quién era el tal ‘The Lord’. Se asemejaba a Space Invaders, pero de una forma completamente distinta. Controlábamos a una chica joven, de pelo totalmente oscuro y aspecto tímido, parecida a la de la siguiente foto.
Foto Los enemigos eran como fantasmas de nazis que se acercaban a la chica mientras la pantalla se movía hacia arriba, en vista cenital. Acabábamos con ellos lanzándoles cuchillos, de una manera similar al Space Invaders aunque con un ritmo mucho más pausado y suave. El juego no tenía colores, hacía uso de escala de grises como si de una película vieja se tratara. En el escenario se dejaba ver una ciudad triste y desolada. Mientras jugábamos sólo se escuchaba una canción lenta y preciosa, cantada por una suavísima voz femenina y con piano por detrás, tocado muy despacio. Se parecía mucho a esta canción:
CanciónImagina este tema pero con la voz que acabo de describir. No se escuchaba ningún otro sonido, sólo la música. El ritmo de juego era muy lento, precisamente avanzaba al ritmo de la música.
Al poco tiempo de jugar, descubrí quién era ‘The Lord’. Es una connotación religiosa, se refiere a Dios, al Señor. Y la misión de la chica es en realidad una ascensión. ¿Por qué? No lo sé, el juego no lo dice en ningún momento, pero de alguna forma lo sabes.
Recordaba haber jugado a este videojuego hacía muchos años, de pequeño, cuando vivía en mi antiguo departamento. Desde entonces, jamás había vuelto a verlo ni a oír de él en ninguna parte. Pero era el videojuego de mi infancia, el que con más añoro recuerdo y el más hermoso que he jugado nunca. Era un juego extraño, deprimente, y, a su manera, macabro. ¿Debía asustarme? No hubiera sido de extrañar, a esa edad, lo normal habría sido que no lo entendiera y lo abandonara en alguna estantería, que huyera de él. Pero en cambio me encantaba, lo amaba.
El departamento jamás había vuelto a ser ocupado, y yo aún conservaba las llaves. En vista de que el misterioso juego parecía haber desaparecido de este mundo, deseé poder reencontrarme con él una última vez para traerme de vuelta aquellos viejos recuerdos de la infancia.
Así que ese mismo día partí. Conduje hasta la calle de mi infancia, y allí encontré el departamento. Estaba intacto, como ignorando el paso del tiempo. Todo estaba igual. Incluso mi habitación, donde debería reencontrarme con el videojuego de mi infancia, estaba exactamente igual excepto por una cosa: el juego no estaba.
Estaba la consola, estaban todos los demás juegos, pero no el que buscaba. No había ni rastro de él. Entonces entiendo que probablemente fuera todo un sueño y que Meet the Lord nunca hubiese existido más allá de los confines de mi mente.
Resignado, me dispuse a abandonar el sitio, no sin antes despedirme por última vez del videojuego que tanto me marcó sin jamás haber estado allí.
Por favor, si sabéis de qué juego estoy hablando, os ruego que me deis al menos una pista para volver a encontrar con él, algo, lo que sea. Decidme que no estoy loco, decidme que sabéis de lo que hablo y que no ha sido todo un sueño, decidme que no todo lo bueno en la vida puede desaparecer tan fácilmente como este bellísimo videojuego que jamás volveré a ver. Desde que jugué o creí jugar a este videojuego, casi todos los demás títulos que he probado me parecen totalmente insustanciales.
Saludos.