A ver que lo adivine. Ahora se liará una bronca mediática, los tertulianos indignados clamarán a los cielos y el pueblo exigirá, convocatorias silenciosas mediante, que se retire la demanda del ayuntamiento. Hereu (que es quien toca) saldrá abrumado a los micrófonos declarando que no tenía constancia de tamaño dislate y que por supuesto aquí no ha pasado nada y fuera la denuncia.
No entró en la culpabilidad o no de la chica (que por lo que parece poca o nada tiene) sino en lo preocupante de que la justicia esté funcionando a golpe de opinión pública. Mal vamos.