Aquí no hay ni magia ni milagros: nada sustituye a una limpieza una o dos veces al año y a un undervolt bien hecho; dicho lo cual, hay diferencia entre tener un flujo de aire bajo el portátil (que se puede hacer con un ventilador chinorris de sobremesa por USB en un lateral y cuatro tapones de refresco, no preguntéis cómo lo sé) y no tenerlo.
Obviamente, lo que aporta una base ventiladora es mínimo, da igual que cueste 15 o 50 €, pero junto con la limpieza y el undervolt, se nota, especialmente en verano.