Quisiera compartir con vosotros una experiencia real, difícil de creer, pero tan real como la vida misma. Sucedió cuando tenía entre 6 u 8 años, cerca de mi antiguo piso había una especie de taller de automóviles, de esos donde se cambian neumáticos, se arreglan coches, incluso con el típico muñequito de Michelín. Vamos, lo que es un taller típico. Durante pocos días permanecía abierto al público, hasta que cerraron y sólo quedaba al descubierto una puerta.
Normalmente aquella puerta se encontraba cerrada, pero un día estaba entreabierta, total que pude acceder y encontré algo digno de las historias de paranormal o de ciencia ficción: ¡me encontré un bosque! Pero así, tal y como suena, tenía una especie de iluminación de tonos verde-azulados. No tardé mucho en salir por la puerta, la cual no pude volver a cruzar ya que acabaron derribando el recinto.
¿Qué les parece? Fue la cosa más extraña que presencié en mi vida o_ô