Corría agosto de 2022 cuando Amazon anunció un acuerdo con iRobot para comprar el fabricante de los robots aspiradores Roomba por más de 1.000 millones de dólares. La operación se había movido desde entonces tras las bambalinas sin demasiado ruido, y hace apenas un par de días se llegaba a rumorear que la Unión Europea
tenía listo el visto bueno, dando pie a un alza en las acciones. La
realidad, sin embargo, ha resultado ser bien distinta.
La Comisión Europea ha
determinado que la compra de iRobot por parte de Amazon podría poner en peligro la competencia al aumentar el poder del gigante de las ventas por Internet y proporcionarle cantidades ingentes de datos que servirían para incrementar su dominio o ayudarle a asentarse en segmentos aún inexplorados, todo ello al tiempo que podría evitar que otros fabricantes de robots de limpieza aparecieran en igualdad de condiciones en la tienda de Amazon o degradando su acceso a la misma.
Como detalle interesante, la Comisión Europea identifica Francia, Alemania, Italia y España como mercados en los que la venta de robots aspiradores a través de Amazon es "particularmente importante". Esta situación haría tentador para Amazon priorizar o disminuir la visibilidad de ciertos productos (propios o ajenos) en sus búsquedas, aunque en teoría esta práctica ya debería estar limitada o anulada por el hecho de que Amazon es considerado un
Guardian de Acceso.
Amazon, por su parte, señala que iRobot se enfrenta a una "intensa competencia" por parte de otras compañías y que la adquisición serviría para "acelerar la innovación e invertir en prestaciones críticas al tiempo que se reducen los precios para los consumidores".
Todavía no está claro si la Comisión Europea aprobará la compra de iRobot. Amazon aún tiene tiempo para presentar alegatos y ofrecer las garantías que considere oportunas para satisfacer las exigencias de los reguladores, teniendo siempre en cuenta que la fecha límite para la decisión de la Comisión Europea es el 14 de febrero.