El día renace. La luz atraviesa la persiana. Llega hasta sus ojos. Acarcia su frente. Ella despierta. Inspira profundamente. Estira las piernas. Cruje su espalda. Sopesa la posibilidad de acomodarse bajo el edredón para continuar su descanso. Suena el despertador. Son las 7:40. Enciende la luz. Sus párpados actúan. Observa el techo. Bosteza. Se destapa. Expone su cuerpo al ambiente cargado de la habitación. Busca a tientas las zapatillas. No las encuentra. Se levanta. Abre el armario. Coge su albornoz. Abre la puerta. Enciende la luz del pasillo. Llega al cuarto de baño. Abre el grifo de agua caliente. Cuelga el albornoz en la percha. Se acerca al espejo. Se mira a los ojos. Arquea las cejas. Se quita el pijama. Comprueba la temperatura del agua. Hace falta un poco de agua fría. Espera. Se frota los brazos. Encoge los pies. La ducha está lista. Entra en la bañera. Corre la cortina. Se sitúa bajo el chorro. Moja sus cabellos. Los acaricia. Los extiende hacia atrás. Se lava la cara. Se frota los ojos. Coge la esponja. Añade unas gotas de gel. Frota su cuello. Alcanza la nuca. Frota su pecho. Sus pezones se contraen. Se endurecen. La espuma inunda su ombligo. Acaricia su vientre. Deja la esponja. Abre la botella de champú. Huele a manzana. Vierte un poco en su mano. Esparce el champú entre el cabello. Aplica un suave masaje sobre la cabeza. Coge la esponja. Enjabona su tupido vello púbico. Los muslos. Las nalgas. Suelta la esponja. Hace equilibrios para lavarse los pies. Se reincorpora. Aclara su cabello. La espuma abandona su piel. Cierra el grifo de agua caliente. Una corriente gélida aumenta su dosis de consciencia. Su vello se eriza. Alcanza una toalla. La anuda sobre su cabeza. Coge el albornoz. Se lo pone. Abre la puerta del baño. Apaga la luz del pasillo. Abre la puerta de la habitación. Se agacha sobre la cama. Ella le observa. Sigue dormido. Parece tan puro. Da un beso a su amante. Él se da la vuelta. Abre los ojos. La contempla. Sonríe. Introduce su cálida mano dentro del albornoz. Acaricia su cintura. Ella cierra los ojos. Respira hondo. Su mano aterriza sobre su vello púbico. Está deliciosamente húmedo. Explora la textura de su vulva. Ella abre las piernas. Él desliza los dedos cada vez más dentro. Ella se quita el albornoz. Se arrodilla junto a la cama. Él la abraza. Ella le quita la camiseta. Acaricia su pecho. Él gime. Sus pezones se contraen. Ella los endurece. Su piel se eriza. Están desnudos. Se abrazan. Se acomodan en la cama. Ella cubre sus cuerpos con la sábana. Se besan. Respiran.
(Buenas noches)