Diario de un gato, por Margarito, la gata de Heracles
Esta mañana, antes de irme, después de salir del baño fui a mi habitación para vestirme y cuando llego me encuentro a Margarito acostada en mi cama, tapada con mis sábanas y mirándome con carita de buena. Me acerco a ella, la cojo en brazos y la echo
Francamente, no me apetece que Margarito me vea en paños menores.
Cuando regresé a casa, Margarito estaba tumbada sobre un cojín que hay en un sillón. Cuando me vio aparecer se estiró y maulló, y al inclinar la cabeza para mirarme, se cayó al suelo
Muy triste lo de esta gata.
Para rematar la faena, hace un rato, estando yo tirado en la cama (encima de la colcha), veo como una bola aparece frente a mí. La colcha se había levantado
Margarito se había subido encima de la cama, pero por debajo de la colcha
Saludos.