Las calderas domésticas de calefacción tienen un circuito interno de agua que se distribuye por todos los radiadores.
Ese circuito, para que la caldera funcione de forma óptima, debe estar en unos parámetros concretos de presión.
La presión de agua del circuito baja cuando la calefacción ha estado mucho tiempo sin utilizarse, ya que ese circuito es exclusivamente para calefacción, no para servir agua caliente sanitaria.
La solución es abrir un grifo especial, que hay en la caldera, durante unos instantes, suficiente para que entre un poco más de agua en el circuito de la calefacción. Verás que la presión indicada en el visor digital de la caldera va aumentando.
Debes ver qué parámetros te recomienda el fabricante en el manual. También ten en cuenta que cuando la caldera lleve unas horas funcionando, la presión aumentará, así que no es conveniente poner más de la imprescindible.
Por ejemplo si el fabricante recomendase -es un suponer- entre 1.5 y 1.8, le puedes poner 1.5 justo, y cuando lleve varias horas seguramente la presión habrá subido a 1.8 sin hacerle nada.
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