Dicen que todo final tiene una o varias consecuencias, yo he intentado estructurar todo en este hilo a sabiendas de que se me escapan ciertos detalles que no recuerdo o que simplemente no tienen trascendencia.
No quiero bromas de mal gusto, sé que me expongo a ello porque así son los foros, pero bueno, da igual, sé más o menos como anda el tema por aquí.
!!AVISO PARA NAVEGANTES¡¡ LADRILLO.
Capítulo uno: El comienzo
Creo que todo empieza aquí, yo tendría unos 16 años, esto ocurriría allá por el 2003, era un crío inmaduro, sin pensar en tías, sin saber qué sería de mí y de mi vida en un futuro, eran temas que no me causaban demasiados problemas porque era un chico feliz con mis cosas, mis amigos, mi deporte, y mis videojuegos. Normal, no sabía lo que se me echaba encima.
Recuerdo que yo andaba enamorado, digo enamorado, porque nunca había sentido esa necesidad de tener una chica al lado mía hasta ese día, ni aún hoy con 20 años, lo he sentido por nadie, se puede decir que ha sido mi unico enamoramiento. Por aquel entonces, ella me daba calabazas, era mi mejor amiga, pero me daba calabazas, no cesé en el intento, me llevé todo el verano de 2006 trabajándomelo, hasta que me lié con ella, pero el tema se enfrío, no sé exactamente por qué y paso un tiempo sin tener contacto entre ambos.
Recuerdo la fría noche de un 6 de Noviembre de 2003, una llamada de mi madre, yo estaba perdiendo el tiempo en internet, jugando al recién desencriptado Snk Vs. Capcom que tanto ansié como buen adicto a los juegos de lucha 2D, fumándome un cigarro (lo sé) y tomándome un coca-cola, miré el reloj del ordenador y dije:
"Buf, las 11:57, tengo que acostarme que mañana hay que trabajar" De repente, llama mi atención el tremendo frenazo de un coche, y mucho jaleo, demasiado pensaba yo, y además cercano. Salgo a la azotea (duermo en un cuartucho de azotea) y veo el coche de mi tío, llamando a casa de mi abuela como un poseso (mis abuelos maternos viven al lado nuestra) y muy nervioso, de repente oigo decir a mi tío entre gritos de dolor:
"Christian, que han llamado del hospital y está muy mal, corre que nos vamos mamá" A todo ésto, mi madre ya se había enterado y se había ido con ellos, a mí me dijo que si quería ir, pero no, elegí que no, no estaba preparado para soportar aquello. (Es curioso como me acuerdo de todo detalle, es el mejor recuerdo que tengo ahora mismo, o al menos, el más exacto, recuerdo TODO y eso me atormenta)
Mi primo Christian, tenía una enfermadad de la médula, era como un retrasado mental y además tenía infecciones en la piel, una alteración en los huesos y cosas varias, nunca pregunté que enfermedad era. Tenía 7 años cuando murió, su hermano padeció lo mismo y murió hace unos años atrás. Fue como que te atropellara un camión por dos veces, fue el peor fin de semana de mi vida.
Yo les quería mucho, eran como dos hermanos para mí, pese a que llevaban una vida que no era nada normal, yo los quería, hablaba con ellos, sé de sobra que me escuchaban cuando me regalaban sus sonrisas esperanzadoras. Fue un furo golpe, nunca volví a ser el mismo, durante varias semanas comía copiosamente, perdí bastantes kilos, pasaba demasiado tiempo sólo, y lloraba, lloraba mucho.
Nunca volví a ser el mismo, empezé a ver la vida de otra manera, que había que aprovecharla, entre en contacto con mi única droga, el hachís, salía casi todos los fines de semana, y comenzé a crear una escudo de protección y aislamiento que disimulaban el dolor que yo tenía. Pensaba que había que vivir la vida, y que no debía preocuparme por nada.
Capítulo dos: Hay esperanza y también lugar para la recaída.
Llegaba 2004, y todo seguía igual, cumplí 17 años y seguía con mis desfases de fiestas, repetí curso y no me importó demasiado. Una tarde de Abril recibí una llamada de la chica del capítulo anterior, y empezamos a vernos y retomar la amistad por dónde lo dejamos. Empezábamos a vernos todos los días, nos llamábamos y el refrán de
"El roce hace el cariño" se cumplió. Nos líamos, y más tarde un 1 de Julio de 2004 empezamos una relación seria.
Era mi punto de apoyo, mi pañuelo de lágrimas, mi pareja y por encima de todo era mi amiga. Seguimos con la relación de puta madre, era muy intensa y gratificante y yo era FELIZ de nuevo. No iba a durar demasiado.
Un 16 de Febrero de 2005 me dejó por otro chico, un malote como se suele decir. Se me cayó el mundo que me había construido en torno a ella, una persona con la que pasaba la mayor parte del tiempo, sin dejar tiempo para mis amigos (craso error) y que era mi prioridad NÚMERO UNO. No comía, me llevaba todo el día en mi cuarto mirando sus fotos y llorando.
Lloré demasiado, para nada por cierto. Ella parecía impasible, ajena a todo lo que vivimos, sin corazón. Un día, cogí todas sus fotos, y las quemé, sentí una tranquilidad increíble a saber por qué razón.
Pasado un tiempo, y con la reaparición estelar de mis amigos, recuperaron parte de mi persona y me llevaron por la senda de la felicidad otra vez. Pero a un precio, otra vez apareció el escudo que disimulaba mi dolor, y ésta vez más fuerte, aumentó aquella fuerza de neutralizar el dolor e interiorizarlo.
Pasaron los meses y pasé de mi ex, hasta que un día volvió a llamarme y se sinceró, antes tal confesión decidí que debía darle una segunda oportunidad. Aquello duró hasta que me la jugó otra vez, un 17 de Abril de Abril de 2006 dónde me volvió a fallar, pero ésta vez mi escudo era tal que no me sorprendió tarde poco tiempo en recuperarme, y puedo decir con total tranquilidad que es la persona que más he querido en mis 20 años de vida, puede sonar contradictorio, pero eso es lo que sentía.
Capítulo tres: La persona que no era
Este punto en mi vida creo que es bastante importante, empezé a fumar muchos petardos, me recluí en mi casa, no me importaban las cosas, dejé los estudios, empezé a tener peleas con mis padres asiduamente y ellos pagaron todos los platos rotos. Veían como yo les hacía sufrir porque se daban cuenta de lo que me pasaba, eran conscientes, veían como dejé de ser aquel niño amable, respetuoso y feliz para volverse un serio, amargado e irrespetuoso adolescente.
No me importaba nada, no pensaba en cómo perdía el tiempo, por qué razón no era feliz, qué me hizo cambiar, mi escudo se apoderó de mí y caí en una etapa pasota. Pese a sentir que no era yo, me autoengañaba y engañaba a todos los que me rodeaban de que no era así, que siempre era, soy y seré la misma persona que siempre.
La fiestas crecían, el trato hacia las mujeres como a un objeto también aumentaban (sólo he tenido rollos desde mi ex), nada me importaba, ni mi cuerpo, ni mi mente, ni mis amigos, ni mi familia, ni cómo castigaba al mundo cegado por toda la oscuridad que tenía dentro de mí guardada.
No le dí mayor importancia, no más que a los demás temas al menos. Y pasé como pude esta etapa.
Capítulo 4: La depresión
Aquí se centra la actualidad. Desde hace un tiempo hasta ahora noté y empezé a darme cuenta de lo que realmente me pasaba, no era bueno guardarse todo el uno mismo, algunas veces hay que escupir el dolor y tratarlo en un colectivo de personas. Cosa que no hice, y cosa que me está pasando factura.
No dudé en qué todo me ha pasado factura, y que toda la mierda que tenía dentro ha salido y con mucha fuerza. Desde hace algunas semanas, meses incluso, siento como no soy feliz, como me da igual todo, como la ilusión a tener en algo se ha esfumado, no tengo metas, ni objetivos a largo ni corto plazo, no me importa nada, no como, y si como, como muy irregularmente, fumo más de lo que debo y no tengo suerte en el amor. He desechado la valiosa oportunidad de los estudios porque sé que no podré terminarlos, pese a que tengo capacidad de sobra.
Tengo unos amigos aprovechados, insensibles, despreocupados y no me comprenden. Sé que necesito ayuda, un psicólogo o algo, aunque siempre he pensado de que los psicólogos nunca han servido para nada, sin despreciar a los que ejercen esta profesión, es más una idea que siempre he tenido. No sé cómo pedir ayuda a mis padres, y además ya tienen bastantes problemas y no les quiero dar más disgustos.
Yo sigo el día a día como puedo, con más pena que gloria, encerrado en mí mismo, incluso muchas noches como ésta, me pregunto cómo voy a vivir esta vida sin esperanza, sin algo por lo que luchar, sin algo por lo que ilusionarse, no negaré tampoco que muchas veces (demasiadas) he tenido pensamientos suicidas.
En fin, que no creo que haya quedado muy clara mi situación, pero esto es como un brainstorming, me vienen los pensamientos a mi cabeza y los estructuro lo mejor que puedo y recuerdo, no sé ni que he puesto esto aquí, supongo que busco algún tipo de situación parecida o algo. Tampoco espero que me comprendáis pero me siento muy mal, me he sentido un poco mejor al escribir esto aquí.
Saludos eolianos.
P.D: Es lo más largo que he escrito en mi vida, felicidades al que lo lea.