Carmina Burana
De Carl Orff (1895-1982)
Es incuestionable el hecho de que Carmina Burana es una de las obras más populares de este siglo: lo prueban sus frecuentes apariciones en los programas sinfónicos y las casi 20 grabaciones que de la obra existen. Su popularidad, sin embargo, no le resta a Carmina Burana lo que de contradictorio y hasta cierto punto misterioso tiene. Por ejemplo, poca gente sabría en que género catalogar esta obra de Orff. Algunos textos la definen como una cantata dramática, otros como una cantata escénica, otros más como un oratorio escénico. El propio Orff, fiel a la inspiración latina, nos ofrece una pista al respecto: "Carmina Burana es, ni más ni menos, canciones profanae cantoribus et choris cantadae comitantibus instrumentis atque imaginibus magicis". Los que estamos acostumbrados a la versión de concierto de Carmina Burana nos preguntamos cuáles son las posibilidades escénicas de los textos: una de las múltiples alternativas que pueden citarse como referencia es la versión cinematográfica de Jean Pierre Ponelle. Para quien escucha por vez primera Carmina Burana, o para quien solicita mayor información al respecto de una obra favorita, puede hacerse una breve exploración en tres breves secciones.
1. La historia
Hacia el siglo XII, se ha definido en Europa una especie muy particular del clérigo: el llamado monje itinerante, escolar vagabundo o goliardo. Este último nombre tiene dos orígenes posibles: uno, seguramente apócrifo, se refiere a los seguidores de un tal Golias, hombre muy letrado pero dado a la gula y la crápula; el otro, más verosímil, nos remite a una derivación de la palabra gula en francés antiguo. Sea cual fuere el origen, el caso es que estos monjes goliardos eran gente bastante divertida, muy dada a los placeres de la carne: dormían en los hornos, se exhibían desnudos en público, frecuentaban las tabernas, los garitos y las meretrices, y conseguían su comida pecando. Eran chocarreros, maldicientes, blasfemos, aduladores que profesaban clérigos para escarnio del clero. Como era de esperarse, la iglesia los denunció y los anatematizó a través de pesados textos nacidos en diversos concilios: Rouen 1231; Salzburgo 1291. Los goliardos, hombres finalmente cultivados, dejaron a la posteridad una colección más o menos prolífica de sus escritos, que en su propio tiempo eran conocidos como canciones injuriosas.
2. Los textos
Carl Orff usó como fuente textual para esta obra algunos de los manuscritos antiguos hallados en el monasterio benedictino de Beuren, en Bavaria. Los textos mismos escritos en latín, y sazonados aquí y allá con fragmentos del francés y el alemán antiguos, celebran principalmente la naturaleza, la música, el vino y el amor carnal. Las canciones seleccionadas por Orff muestran una notable atención a los patrones métricos, y los textos están llenos de ironía, sensualidad y fatalismo.
3. La música
Se dice que Carl Orff fue un pionero de la música minimalista mucho antes de que tal término fuera acuñado. Las características principales de su estilo son particularmente evidentes en Carmina Burana y en las otras dos obras que completan su trilogía denominada Trionfi: Catulli Carmina y el Triunfo de Afrodita: declamación musical primitiva, un tejido percusivo particularmente incisivo, un mínimo de armonía y la ausencia casi total de contrapunto. Este primitivismo musical (que ha sido considerado como una reacción anti-intelectual de Orff) tiene en Carmina Burana uno de sus aspectos más interesantes: las irregularidades rítmicas que el compositor ha construido a partir de la expansión y contradicción de los patrones métricos originales, que dan a esta obra un impulso dinámico muy atractivo. Y aquellos que hayan leído alguna biografía de Carl Orff encontrarán en Carmina Burana ciertos elementos melódicos y de orquestación que pueden llegar a justificar el párrafo que dice que "Carl Orff y Werner Egk heredaron los ideales románticos de Richard Strauss, y al mismo tiempo iniciaron una reacción radical en contra de esos mismos ideales".